El
amor al final de cuentas es un choque.
Texto y fotos: Salvador Perches
Galván.
La palabra opera significa "obras" en
italiano (es el plural de opus, del Latín, que significa
"obra" o "labor") sugiriendo que combina las artes del
canto coral y solista, declamación, actuación y danza en un espectáculo
escénico.
Ópera
designa, desde aproximadamente el año 1650, un género de música teatral en el
que una acción escénica es armonizada, cantada y tiene acompañamiento instrumental,
donde los actores utilizan estilos poco comunes al cantar. Las presentaciones
son ofrecidas regularmente en teatros, acompañados por una orquesta o una
agrupación musical menor. La ópera
forma parte de la tradición de la música clásica europea u occidental.
Varios géneros de
teatro musical están estrechamente relacionados con la ópera, como son la
zarzuela española, el Singspiel alemán, la Opereta vienesa, la Opéra-comique
francesa y el Musical inglés y estadounidense. Cada una de estas variantes del
teatro musical tiene sus características propias, sin que tales les sean
privativas y, en no pocas ocasiones, provocando que las fronteras entre tales
géneros no sean claras. En la ópera, como en varios otros géneros del teatro
musical, se une: la música (orquesta, solistas, coro y director); la palabra
(por medio del libreto); las artes escénicas, en especial la actuación, el
ballet y la danza; las artes escenográficas (pintura, artes plásticas,
decoración, arquitectura); la iluminación y otros efectos escénicos; el
maquillaje y los vestuarios.
La diferencia entre
la ópera, la Zarzuela, la Opereta, el Singspiel y el Musical inglés y
estadounidense, nace de una diferencia formal, diferencia que, con el paso de
los años se ha venido desarrollando, sobre todo, por los diferentes géneros
musicales, entre los cuales sobresale la ópera rock.
Una ópera rock es un género escénico-musical
nacido en el siglo XX el cual combina las voces que habitualmente se utilizan
en la ópera, pero con un ritmo diferente a ésta, en su lugar, se le agrega el
ritmo de la música rock, o el del heavy metal.
Este tipo de
composiciones fueron ideadas por la banda británica The Who quienes pensaron
que en un disco, cada canción no tenía que contar una historia, por lo que
idearon una ópera rock, donde todo el disco en completo contaba una historia.
Esto dio lugar a Tommy, la primera
ópera rock en popularizarse. Pese a esto la primera ópera rock de la historia
fue SF Sorrow de los Pretty Things. Los también británicos Tim Rice y Andrew
Lloyd Webber, durante la década de los 1970, inundan las carteleras teatrales
del mundo entero con sus operas pop, variantes de las rockeras como José el soñador Jesucristo superestrella o Evita.
No podemos dejar de mencionar, en este
breve recuento de la historia operística a The Wall (1979), creada por
Roger Waters y Pink Floyd, famosa por su extenso y costoso show en vivo y por
la posterior película dirigida por Alan Parker.
En 1977, desde Cabo
Keneddy fueron lanzadas al espacio dos naves Voyager con materiales representativos
de la vida sobre la Tierra, la carga contenía descripciones de su flora, de su
fauna y de la vida humana.
La ambición del
proyecto era contactar una hipotética inteligencia extraterrestre, para
proporcionarles un conocimiento adecuado de la existencia de la Tierra y de
nosotros mismos. Las naves iban cargadas con saludos en 55 lenguajes
terrestres, entre ellos el de la ballena jorobada, y un compendio de la música
terrestre desde Bach hasta los Beatles. También había una selección de 117
imágenes para representar la totalidad de nosotros, desde la cualidad brillante
de nuestros dientes hasta una panorámica general sobre la arquitectura, la
horticultura, los métodos de reproducción y sobre nuestros avances en los
campos del arte y de la aviación.
El polémico cineasta,
pintor, escritor, director escénico y curador británico Peter Greenaway quien,
a propósito de aquella aventura gringa, y buscando pretextos para trazar nuevos
rumbos en su carrera artística, dijo:
Usted y yo,
como seres representativos de la Tierra, no fuimos consultados. No se nos pidió
ninguna contribución. ¿Cómo pudo ser
representado nuestro planeta sin nuestro permiso y nuestro parecer?
Deberemos
esforzarnos para remediarlo. Sobre todo ahora que nos acercamos al fin del segundo
milenio y nos dedicamos a hacer listas e inventarios de lo que somos y lo que
hemos hecho.
Así, con
plena conciencia del hecho que su recuento sería tan relevante como el mío, he preparado una lista personal y subjetiva
de aquello que considero, con una mezcla de debida ironía y seriedad, pueda
representar el mundo. Y esta lista la he llamado, con toda simplicidad y
pedantería, 100 Objetos para
Representar el Mundo.
Con el debido
respeto al lenguaje cinematográfico y teatral, me gustaría presentar estos 100
objetos del modo más espectacular posible en términos de luz, voz y música, en
otras palabras, me gustaría realizar una ópera moderna, una ópera objetual, una
ópera de objetos significativos que se pueda decir que representan el mundo.
En nuestro mundo
materialista y productor de iconos, la importancia de los objetos inanimados no
debería ser menospreciada. ¿Podrían imaginarse, por ejemplo, un Otelo sin el
pañuelo de Desdémona? ¿O un film noir sobre gangsters de Chicago sin una
pistola, un teléfono y un automóvil? La utilería del teatro isabelino no podría
pasar sin un cráneo, una cabeza cortada, una espada y una capa, y en cada
melodrama dieciochesco encontraremos una botella de veneno, un dogal y un
ataúd.
Este viaje
instructivo debe ser recorrido en 70 minutos aproximadamente, medido por el
discurso de Thrope, cuya voz ha sido manipulada musicalmente para convertirlo
en un maestro, un pedante, un persuasor, un charlatán y un predicador.
Peter
Greenaway, 1997
El texto anterior
forma parte del programa de mano original que Greenaway redactó para el estreno
de 100 Objects to Represent the World en el año de 1997 en
Salzburgo, Austria; en México se presentó en el año 2000 en el Palacio de las
Bellas Artes de la Ciudad de México y en el Festival Cervantino de la ciudad de
Guanajuato.
A esta
variedad operística, debemos añadir una más, la creada por el siempre inquieto,
audaz y propositivo Richard Viqueira, la ópera vial Monster Truck, que concluye su breve temporada el 25 de septiembre
en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.
La historia
de un choque amoroso en una ópera vial, escrita como una involuntaria historia
de amor es lo que presenta Monster Truck, escrita y dirigida por Richard
Viqueira.
Basada en una
noticia real del 2008, en la que una elefanta de circo escapa y muere al ser
atropellada por un camión de pasajeros, a Viqueira le interesó abordar la
historia desde un punto de vista filosófico, al colisionar en el hecho dos o
más personas que de ser un par de desconocidos pasan a estrechar una relación
que no conocían.
“Se trataba
de un camión de pasajeros y los que mueren son la elefanta y el chofer, quienes
compartían cosas en común como edad y peso en kilos y toneladas. Lo vi como una
especie de historia de amor. Pues el amor al final de cuentas es un choque, dos
personas se encuentran, y la vida ocurre en lo no previsto”.
La puesta es
una ópera vial, ya que en la compañía quisieron hacer un teatro vocal, trabajaron
en la colocación de voz, en aprender distintos idiomas, imitar elementos y
crear una atmósfera que proporcionara una posibilidad sonora. Su interés es que
la voz cree la circunstancia de un choque desde un punto de vista escénico
donde el espectador también esté incluido.
Con la obra
también se busca amalgamar otras artes como el uso del verso, del corrido
nacional, la ópera, la música pop, el spoken word, la poesía y las artes
concretas de juglares.
Monster Truck presenta un
triángulo de personajes: chofer, elefanta y motor de autobús (animal, humano y
cosa) que colisionan en cuyo impacto elefanta y chofer mueren, sin saber si fue
un accidente o sólo una historia más de desamor.
“Lo que me
impactó de la noticia fue el aspecto poético y es lo que tratamos de rescatar.
Me interesó la idea de conjuntar cosa, animal y ser humano para contar esta
historia y ver cómo se aborda el choque y la muerte desde el punto de vista del
reino animal, humano y material”, afirmo su creador, Richard Viqueira.
¿Por qué
emplear el canto para la propuesta escénica?, Viqueira comenta que, al
referirse a la muerte, la manera más adecuada de abordarla es a través de la
voz y el aire que nos queda, nos sostiene y nos permite estar en pie. “La voz y
el canto son un elemento etéreo de aire, de agonía y de vida”.
A su autor y
director le seduce la idea de que el equipo de creativos especializados en
artes orales como el músico de beat box, Ángel Luna, la cantante de ópera, Denise
de Ramery, y el artista de spoken word, Rojo Córdova, hagan la música,
la imagen, versifiquen e improvisen”.
Una compañía
teatral como Kraken Teatr, tiene un discurso propio, una línea de propuesta, un
laboratorio de trabajo permanente, que marca una forma de trabajar y se
desmarca de otros proyectos, tal y como lo demuestra su más reciente creación:
Monster Truck, opera vial y onomatopéyica.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Toda una
experiencia, muy recomendable.
Monster
Truck. Ópera vial de Richard
Viqueira
Dirección: Richard Viqueira.
Actuación:
Rojo
Córdova, Denise de Ramery, Ángel Luna, Richard Viqueira.
Sala Xavier Villaurrutia
del Centro Cultural del Bosque, Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del
Auditorio Nacional.
Funciones: lunes y martes
20:00 horas, hasta el 25 de septiembre
Localidades: $150.00.
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