La
fatalidad del deseo amoroso.
Texto y fotos: Salvador Perches
Galván
Tras las guerras napoleónicas, los
viajeros románticos “redescubrieron” España, ofreciendo una visión “misteriosa,
primitiva y exótica” del país, sobre todo de Andalucía. Prosper Mérimée
(1803-1870) contribuyó decisivamente a fijar esa visión de España con la
creación de Carmen, la cigarrera
gitana, mitad ángel, mitad demonio, poseedora de una belleza tan ideal como
lasciva.
La historia de José Navarro, un soldado
ejemplar, que acaba convirtiéndose en desertor, bandolero y asesino a causa de
la inexorable pasión que Carmen le inspira, expresa a la perfección la
fatalidad del deseo amoroso y la pulsión autodestructiva que conlleva.
Publicada en forma de libro en 1847, Carmen es una novela romántica del francés Prosper Mérimée y sirvió de
inspiración para el libreto de la ópera homónima de Georges Bizet.
Según una carta de Mérimée a María
Manuela Kirkpatrick, condesa de Montijo, se inspiró en una historia que le relató
la propia condesa durante una visita del escritor a España en 1830.
En esta carta, escribe Mérimée: “Trata
sobre aquel valentón de Málaga que había matado a su querida, que se debía
exclusivamente a su "público". Como yo había estudiado a los gitanos
durante un tiempo, he convertido a mi heroína en gitana”.
Carmen
fue desarrollada a partir de la anécdota de la condesa de Montijo, pero la
fuente esencial de Carmen
proviene, sin duda, del profundo conocimiento de Prosper Mérimée sobre la cultura gitana y bohemia. Una de las
fuentes más importantes que Mérimée manejó sobre el pueblo gitano fue el libro
de George Borrow The Zincali (1841), posiblemente también estuviera
influida por el poema narrativo Los gitanos (1824) de Aleksander
Pushkin, que Mérimée había leído en ruso en 1840 y lo tradujo al francés en
1852.
Durante un viaje por el sur de España,
el narrador (un arqueólogo francés) conoce a Don José Lizarrabengoa, un
exmilitar de origen navarro. Don José le cuenta una historia inquietante: su
romance con Carmen, una sensual
gitana, que se cruzó por su camino, le apartó del Ejército y le arrastró hacia
el delito, convirtiéndole en un bandido. Don José, ciego de amor por Carmen,
toleró que estuviera casada con un bandolero apodado “El Tuerto”, a cuya banda
Don José se unió y con el que colaboró en emboscadas y crímenes hasta que por
celos lo desafió y mató en una pelea de cuchillos.
Después, Carmen se unió a un torero
llamado Lucas. Don José no pudo soportar el desdén de Carmen y la acuchilló y
sepultó. Tiempo después, presa del remordimiento, Don José se entrega y es
condenado a muerte.
La novela está dividida en tres
partes, en la primera el arqueólogo cuenta cómo conoció a don José. En la
segunda, don José relata sus experiencias y en la tercera el narrador hace un
ensayo sobre la cultura y el lenguaje de los gitanos. A diferencia de la ópera,
aquí no se menciona nada sobre Micaela o la familia de don José y el papel del
torero no es tan importante como el de Escamillo en la ópera Carmen.
Carmen
es una opéra en cuatro
actos con música de Georges Bizet y libreto en francés de Ludovic Halévy y
Henri Meilhac, basado en la novela Carmen de Prosper Mérimée, cuyo
estreno se llevó a cabo en la Opéra-Comique de París el 3 de marzo de 1875, con
los peores comentarios de la mayoría de los críticos, fue un fracaso rotundo e hizo
poco para subir los decaídos ingresos de la Opéra-Comique. Cerca del final de
su temporada, el teatro regalaba entradas para incrementar la audiencia. El
fracaso, en parte, pudo acelerar la muerte de Bizet, quien murió de un ataque
al corazón, a los 36 años de edad, el 3 de junio de 1875, sin llegar a saber
nunca cuán popular iba a ser su Carmen.
Bizet alcanzó a firmar el contrato
para el montaje de la ópera en Viena un día antes de su muerte. La obra fue
aclamada por el público, y elogiada por Johannes Brahms. Desde entonces ha
tenido una fulgurante carrera internacional: Londres, Nueva York, Melbourne,
San Petersburgo, Madrid y México, entre otras ciudades, hasta que en 1883 se
presentó nuevamente en la Opéra Comique de París, ganando aquella vez el gusto
de los franceses.
Hoy en día Carmen es la ópera francesa más conocida e interpretada en el
mundo. El éxito se debe al equilibrio entre el libreto (con escenas cómicas,
trágicas) y la música de Bizet con la
magnifica orquestación, coros, arias y
temas musicales fáciles de memorizar como la Habanera o el Toreador.
La temprana popularización de la obra a través de la ópera
de Georges Bizet y el hecho de que, posteriormente, se haya adaptado al cine en
numerosas ocasiones demuestra la pertenencia de Carmen al terreno del mito.
Una de las versiones cinematográficas más acertadas lo es
sin duda alguna la Carmen de Carlos Saura de
1983, segunda entrega de la trilogía flamenca que conforma con Bodas de sangre y El amor brujo, y con el epílogo que representa Flamenco, que rodó junto al bailarín Antonio Gades, el guitarrista Paco de Lucía y el productor Emiliano
Piedra.
Es una historia de amor y celos que
termina en tragedia, basada en la novela Carmen de Prosper Mérimée, con
fragmentos de la Opera de Bizet, en
versión de Joan Sutherland y Mario del Mónaco, en ella, la bailarina
Laura del Sol debuto como actriz, en una versión coreográfica flamenca y en
donde la realidad del proceso del montaje de la obra, se mezcla con la ficción
de la historia de pasión y celos, que trascienden los salones de ensayo y los
tablaos y llegan a la vida de sus intérpretes, La película constituyó una audaz
propuesta, como ahora lo es, el no tan afortunado montaje del argentino Marcelo Lombardero, en la producción
multiplemiada, de origen bonaerense.
En esta versión
contemporánea se recrea: “una mujer en busca de libertad, una víctima más de
las tantas que sufre violencia de género”, cuando la protagonista es un ejemplo
de libertad.
Esta versión actualizada, en donde las
mujeres, lideradas por Carmen, bailan en un table dance de octava, con un
Escamillo con mas look de cantante grupero que de torero, llega a México
gracias a los esfuerzos de El Instituto
Nacional de Bellas Artes, a través de la Compañía
Nacional de Ópera de Bellas Artes, en colaboración con Producción,
Representación y Organización Artísticas, en una versión que va más allá de los
convencionalismos y expande las reglas del género operístico para presentar un
espectáculo único.
La Carmen
que propone esta nueva versión tiene como director de escena a Marcelo
Lombardero, artista argentino premiado por su trabajo en diversos países de
América Latina y Europa. Un híbrido montaje que no acaba de definir ni plástica
ni temporal, ni espacialmente la acción, resulta, por un lado propositiva e
irreverente, y por otro, convencional, ortodoxa y fiel a la obra de Bizet, ya
que mantiene las partes cantadas y habladas. La propuesta se aproxima a la
comedia musical, género descendiente directo de la propia opéra comique
dentro de la que el autor insertó esta ópera.
En esta versión: violencia de género,
graffiti, bailes callejeros, tauromaquia y tribus urbanas; elementos que en
este siglo XXI son referentes reales y concretos. Lo que vemos en escena
podemos encontrarlo día a día en la calle, en cualquier ciudad o pueblo, sin
que pierda vigencia.
En esta puesta operística, Carmen es
protagonizada por Luisa Francesconi, Dante Alcalá interpreta a Don José; Luis
Ledesma a Escamillo, Maribel Salazar encarna a Micaela, además de otros
destacados cantantes. Los acompaña el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas
Artes Schola Cantorum de México, con José Areán como director
concertador.
La estática Carmen de Marcelo Lombardero, como lo demuestran las escenas de
grupo, que de hecho no sabe qué hacer cuando entran los coros y los niños, incluye
coreografías en hip hop, break dance, lenguaje y barrios actuales, personajes
violentos como narcotraficantes y contrabandistas. Romper un paradigma requiere
una actitud arriesgada, lo cual abunda en esta versión de Carmen, que cuenta
con una excelente producción a cargo de Bertha Coutiño, de vasta experiencia en
la producción escénica, televisiva y cinematográfica.
El teatro, y también la ópera son de todos. ¡Asista!
Recomendable para
no muy expertos en el género.
Carmen.
De
Georges Bizet
Dirección de escena: Marcelo Lombardero.
Director
concertador: José Arean
Actuación: Luisa Francesconi, Dante
Alcalá, Luis Ledesma, Maribel Salazar, entre un numeroso elenco, además de otros cantantes. Los acompaña el
Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes Schola Cantorum de México.
Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque
(CCB),
atrás del Auditorio Nacional.
Última
función, lunes 24 de septiembre, 20:00 horas; Teatro Julio Castillo
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