“El buen café endulzado, delicioso es más que mil besos, dulce sabe cuál
vino moscatel, ¡café, sí, es café lo que quiero! Y quien deseare darme a
saborear una exquisita bebida, venga a ofrecerme una taza de café.”
Sebastian Bach
Por:
Marlene López González.
Educación,
cultura y patrimonio de México Legendario, A.C.
Como
parte de la tradición gastronómica, todas las mañanas, en nuestro país se bebe una
exquisita, estimulante y aromática taza de café. Se hace con los granos
tostados y molidos de los frutos de las platas llamadas cafetos, en sus más de 400
variedades. El café se puede degustar con agua, con leche, crema, nata,
chocolate o licor. Es un hecho que siempre está en los mejores momentos, en las
negociaciones, en el trabajo, en la escuela, en los eventos sociales y hasta en
los funerales.
Algunas
investigaciones tienen la hipótesis que el café es originario de Abisinial, hoy
conocida como Etiopia; aunque también se dice que proviene de Arabia. En el
siglo XV, Abu-Bek, un originario de la Meca, escribió el texto "The
Success of Coffee", su traducción en español “El éxito del café”; el cual
fue traducido al francés en 1699, por el orientalista y arqueólogo francés Antoine
de Gailland, quien señaló que los árabes fueron los primeros en descubrir las
virtudes y las posibilidades económicas del café.
Fue en
1790 cuando el café llegó por primera vez a la Nueva España, hoy México. Sin
embargo, su tradición se inició a la mitad del siglo XIX, principalmente en los
estados de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Michoacán. Otros antecedentes
históricos señalan que, durante la dictadura de Porfirio Díaz se implementaron
los apoyos hacia la cafeticultura, a
cargo de las empresas transnacionales en grandes fincas cafeteras. Y finalmente,
fue hasta la reforma agrarista del
presidente Lázaro Cárdenas, que la cafeticultura se implementó como una de las
actividades más importantes del país, que benefició a grandes plantaciones, a pequeñas parcelas de
campesinos y a productores de la población indígena.
Actualmente,
se calcula que en México existen 750 mil
hectáreas de producción de café, las cuales son atendidas por un aproximado de
300 mil productores, de los cuales una tercera parte pertenecen a una población
indígena. Por si fuera poco, se piensa que una producción equivale a 4 millones
de sacos de 60 kilogramos, con alrededor de 230 millones de toneladas de café. Chiapas
tiene una ruta del café, donde se pueden disfrutar de las antiguas haciendas
cafetaleras con restaurantes, museos y tours con posibilidad de degustación.
Por su
calidad desde el origen, sus granos selectos y por ser un café de alta demanda,
el estado de Chiapas es el principal productor cafetero de nuestro país. El
café llegó a este estado, cuando el señor Jerónimo Manchinelli, introdujo desde
Guatemala mil 500 plantas de bourbón, es decir, una variedad botánica de la
especie de café Arábica Linné, que procede directamente de la que se descubrió
en Etiopía, la cual se sembró en la finca “La Cháchara”, en Chiapas, en el año
1846. Treinta años después se estableció la finca el Majagual, que perteneció al
señor Carlos Gris, quien llegó al Soconusco, una región histórica que pertenece
al estado de Chiapas, que limita con la frontera con Guatemala.
Café Arábica Mexicana, 100% café puro de Chiapas.
Cumbres de Maltrata No. 392. Colonia Narvarte. CDMX.
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Ya los
sabes, el grano de café que, desde mediados del siglo XIX, se siembra en
Chiapas proviene originalmente de Guatemala y, por condiciones climáticas casi
perfectas, se arraigó de manera excepcional en México; no es para menos, pues
el sureste se tiene un clima húmedo, cálido, con abundantes lluvias y los
nutrientes del suelo volcánico hidratado. El sabor del café chiapaneco, se
distingue por sus aroma, intensidad y cuerpo, ya que es uno de los cultivos más
característicos de las regiones montañosas del Soconusco.
El
café chiapaneco puede clasificarse en el grano “arábica”, de un sabor más dulce
y aromático, que representa tres cuartos de la producción nacional. Y el
segundo, el grano “la robusta”, de sabor más fuerte y amargo, prácticamente
dirigido al sector de los café solubles. Es un hecho que su producción depende
de su proceso artesanal, en donde se seleccionan lo mejores granos de forma
manual, tras seleccionar los que alcanzan la madurez plena. Posteriormente, el
sabor depende también del proceso de secado y reposo. Finalmente, se pasa al
proceso de tostado y molido de los granos. ¡Consume lo hecho en México!
Grupo Cafés los Amigos.
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