Ir al contenido principal

Yo me quedo - Malena Díaz y Gabriel Pineda



Es la historia de las familias que
se quedan en espera de los seres
queridos que migran a los Estados
Unidos y que está representada a
través de la escultura textil de
Malena Díaz, las fotografías de
Gabriel Pineda y las letras de
Efrén Minero.

Por Marlene López González


Educación, cultura y patrimonio de México Legendario es una asociación civil, sin fines de lucro, que se interesa por preservar y difundir la cultura, educación y patrimonio de los distintos pueblos y ciudades de la República Mexicana, con base en la esencia, la calidad, el trabajo y talento mexicano. 

En esta ocasión, México Legendario en conjunto con la Universidad Pedagógica Nacional apoyan el talento de la escultura Malena Díaz y el fotógrafo Gabriel Pineda, quienes exponen 13 fotografías y 10 esculturas textiles, con el tema de la migración de las familias tlaxcaltecas. 



MateriaTítulo: Interior
Material. Gasa teñida de café,
corazón de vidrio soplado,
ramas de durazno y textura
de nopal seca
Tamaño: 60 cm.
Año: 2012
Autor: Malena Díaz


Dicha exposición se llevará a cabo del 19 al 23 de mayo del 2014, en la Universidad Pedagógica Nacional unidad Ajusco, en la Ciudad de México. La inauguración será el lunes 19 de mayo, a las 16:00 horas, donde se presentarán la Comparza de Chinelos de Tepepan y Jóvenes orquestas.

YO ME QUEDO expone la cultura Tlaxcalteca en la historia de las familias que se quedan en espera de los seres queridos que migran a los Estados Unidos y que está representada a través de la escultura textil de Malena Díaz, las fotografías de Gabriel Pineda y las letras de Efrén Minero. 






A continuación reseña de la exposición por  Efrén Minero. 
Quedarse implica que otros se van. El que se queda se inmoviliza, contempla
el mismo paisaje, los mismos rostros; las puertas que abre conducen a los
mismos lugares, las ventanas muestran las mismas imágenes gastadas, roídas,
diluidas, grises.

Quedarse es detener el tiempo. El tiempo. Quedarse esperando. Esperar.
Penélopes inevitables, deudos de Pedro Páramo. Esperar con toda la fe, con
toda el alma, con el corazón y las oraciones. La mirada se va siempre hacía allá,
hacia el otro lado, lejos, a miles de kilómetros, entre freeways y skyscrapers,
beautiful gardens y hateful-eyes.

Tan cerca, tan cerquita, tan condenadamente cerca y tan condenadamente lejos.
La distancia aquí se mide por recuerdos, por suspiros, por sueños de cristal, por
noches en vela, por lágrimas guardadas.

Madre, esposa, hijos… Mom, homemaker, children, what does it means? Todos
esperamos por alguien, qué importa si nadie sabe por qué y a quién esperamos,
qué importa si quieren rasgarnos la esperanza diciendo que no volverán. Todos
esperamos de este lado, donde está nuestra tierra, nuestras raíces… y la daga en
que se ha convertido la paciencia.

La casa ya no es una casa, es una cadena cuyos eslabones son las habitaciones
ahítas de melancolía. El sol que nace y quiebra la noche hace pensar en la
soledad del desayuno, que presagia la mañana igual que todas y vacía del que
se fue; el sol que se duerme en la tarde nos conduce a la cama fría, al insomnio
and then oversleep. Ver a los ausentes a través de una muñeca, es posible;
pensar a los ausentes mientras nos observa la ciclópea cámara, es posible.
Viéndolos y pensándolos nos vemos y existimos y mantenemos la esperanza, a
pesar de sus espinas, de su llanto, de su soledad, de su fría nostalgia; a pesar de
esta vida que no nos espera, que es implacable, que camina sin volver atrás ¡no! que corre
aullando, que se va… Que me hace pensar en que quiero verte, siquiera una
vez, un ratito, no para recordar que existes, sino para no olvidar que yo existo.

Aquí, te aguardo, en la soledad compartida que duele más, en la distancia
intangible… En la vida, mientras dure.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA CELDA 27 O LA CELDA DE LA MUERTE

Por México Legendario. En el Estado de Durango a finales del siglo XIX  existía una antigua cárcel, que se ubicaba en lo que hoy es el centro de la capital, llamada "La Celda de la Muerte  porque todo preso que entraba en la celda 27 amanecía misteriosamente muerto. Ésta situación angustiaba a carceleros, autoridades y presos. La decisión que se tomó fue que en éste lugar se encerraran sólo a los presos peligrosos, ya que de esta manera serían doblemente castigados y a su vez serviría de lección para otros criminales. Fueron muchos muertos, motivo que generó que a éste lugar se le viera como la celda maldita. Los habitantes de Durango decían que la causa era que en las noches entraba un espectro  y tomaba a los presos para estrangularlos, otros aseguraban que el ambiente de la celda estaba envenenado y unos cuantos rezaban porque decían que la celda era visitada por el diablo. Las autoridades ofrecieron que el preso que descubriera lo que pasaba, se le daría  su libertad.

LEYENDAS DE SAN GREGORIO ATLAPULCO, XOCHIMILCO

Por: Pablo Durán. La Llorona    en San Gregorio Atlapulco, Xochimilco. Los habitantes del pueblo de San Gregorio Atlapulco en Xochimilco cuentan entre sus leyendas que se aparece la Llorona, una mujer vestida de blanco.   La leyenda de la llorona en la versión de San Gregorio, relata que una señora que tenía problemas con su marido, la dejó y ella se desquitó con sus hijos hasta que los mató. Al darse cuenta de lo que hizo se volvió loca y empezó   a penar   por las calles y canales en busca de   sus hijos,   su penitencia fue no encontrarlos jamás y hasta estos tiempos sigue penando por los canales de Xochimilco y los rumbos cercanos como lo es San Gregorio Atlapulco. Entre las múltiples versiones que hay sobre la Llorona, esta es la que   cuentan los ancianos del pueblo de Atlapulco. Un joven de nombre Juan David habitante del pueblo de San Gregorio contó un relato que le sucedió aproximadamente cuatro años. “Una vez en la madrugada yo estaba en mi casa trabajando en la

LEYENDAS DE XOCHIMILCO - NAHUALES

Por: Pablo O. Duran EL GATO QUE SE TRANSFORMÓ EN MUJER  Platican los habitantes del centro histórico de Xochimilco que a finales del siglo XIX y principios del XX, había un gato muy latoso que no dejaba dormir a los vecinos de las chinampas, ya que el gato se pasaba dando de brincos por los tejados de las casas de esa zona. Un buen día los vecinos se organizaron para cazar al animal ya que era demasiado fastidioso. Esa noche todos los vecinos se quedaron al acecho del gato, esperaron largo rato en silencio y en cuanto el felino llegó, los vecinos empezaron la cacería por las chinampas. Cuando lograron atraparlo,   metieron al gato en un tambo grande justo a la media noche. La sorpresa se la llevaron los vecinos cuando comenzaba a despuntar el alba, clarito oyeron una voz que salía del tambo donde estaba atrapado el gato. La voz decía -¡suéltenme!, ¡por favor suéltenme! – Los vecinos atemorizados por la voz que escuchaban levantaron la tapa del tambo y su   sorpresa fue mayor cua