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TODAVÍA… SIEMPRE, de Conchi León


Transformar la vida, prepararse para la muerte y ayudar a los moribundos
Texto y fotos: Salvador Perches Galván.

Con la obra Todavía… Siempre, la Compañía Teatro de Ciertos Habitantes celebra 15 años de indagar sobre interrogantes fundamentales de la condición humana y de convocar a una dinámica pléyade de creadores de diversas disciplinas, creadores que han habitado este teatro maravilloso.

Todavía… Siempre es una propuesta que Claudio Valdés Kuri, director de la compañía, encomendó a la dramaturga yucateca Conchi León en la que se abordan los procesos que acompañan a la muerte, de manera conmovedora. Tema que evadimos y, por ende, en el que poco nos detenemos a pensar.

El montaje es una reflexión en torno al significado de la vida y la vejez. Cuenta la historia de dos amantes que han tenido que separarse en la juventud. Él ha partido, pero le ha hecho saber a ella que siempre estará a su lado. Mientras tanto el tiempo ha seguido su curso, los hijos se han ido y las arrugas han aparecido. Después de muchos años llega el día de su reencuentro, en el que han de bailar acompasados.


A partir de esa historia, la pieza invita a reflexionar sobre la trascendencia de la muerte, la función de la enfermedad y la importancia del acompañamiento hasta el final. La pieza enfoca la mirada a la poco atendida sabiduría de la vejez, abordando temas como la paciencia, el dolor, la muerte y, sobretodo, el gozo y el significado de la vida.

La obra está inspirada en la vida de Sylvia Kuri, madre de Valdés Kuri, y la de la propia Parra, para lo cual se analizaron diversos de la vida de la mujer que inspira la obra as-i como las experiencias de la actriz que la interpreta, Tara Parra, que se funden en un proyecto simple y generoso, que busca, se entienda directamente; así como las enseñanzas que el monje tibetano Sogyal Rimpoché plasmó en El libro tibetano de la vida y la muerte, en donde descubre la tanatología como una disciplina milenaria, a partir de un texto metafórico y poético.

En este exhaustivo trabajo, el maestro de meditación budista y conferenciante internacional combina la milenaria sabiduría del Tíbet con la moderna investigación sobre la muerte, los moribundos y la naturaleza del universo. El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte expone con claridad y un rigor sin precedentes la majestuosa visión que ofrece el Libro Tibetano de los Muertos. Sogyal Rimpoché presenta prácticas sencillas y a la vez poderosas de la tradición tibetana, accesible a cualquier persona sea cual sea su religión o tradición cultural para que pueda transformar su vida, prepararse para la muerte y ayudar a los moribundos.


Rimpoché muestra la esperanza que existe en la muerte, y cómo podemos ir más allá de la negación y el miedo para descubrir aquello que hay en nosotros que sobrevive a la muerte y es inmutable. Aconseja cómo cuidar a los moribundos con amor y compasión, y cómo ofrecerles ayuda espiritual.
Explica en detalle los estados de conciencia posteriores a la muerte, que han fascinado e inquietado a artistas, psicólogos, científicos, médicos y filósofos occidentales desde la publicación del Libro Tibetano de los Muertos en 1927.

El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte no es sólo una obra maestra espiritual, sino también un manual, una guía, un libro de consulta y una fuente de inspiración sagrada. Escrito para invitar a los lectores a iniciarse en el camino hacia la iluminación y de este modo convertirse en “servidores de la paz”, que trabajan en el mundo con entusiasmo, sabiduría y compasión, y participan así en la salvaguarda del futuro de la humanidad.



Sogyal Rimpoche nació en Tíbet y se formó con uno de los maestros espirituales más reverenciados de este siglo, Jamyang Khyentse Chokyi Lodró. Tras la ocupación de Tíbet por los chinos, marchó al exilio con su maestro, que falleció en 1959 en el reino de Sikkim, en el Himalaya. Después de realizar estudios universitarios en Delhi y en Cambridge, Inglaterra, fue intérprete y asistente de algunos de los principales maestros tibetanos, empezó a enseñar en Occidente en 1974. Rimpoché considera que la tarea de su vida consiste en trasplantar la sabiduría de Buda a Occidente, ofreciendo una formación basada en la visión que expone en El libro tibetano de la vida y de la muerte. Esta formación nos da la posibilidad de comprender, encarnar e integrar las enseñanzas budistas en la vida cotidiana.



Claudio Valdés Kuri partiendo de las enseñanzas del tibetano, afirma que la muerte es el gran miedo de la humanidad, pero simplemente se trata de un cambio de traje: “Trascenderla es comprenderla”. 
Conchi León, desarrolla el tema universal a partir de la vejez, conservando el toque femenino y mexicano, característicos de su teatro.

La acción se centra en los diálogos de la octogenaria actriz, Tarra Parra, quien vuelve a los escenarios teatrales con una interpretación conmovedora y entrañable.

Aspectos como la paciencia, el dolor, la muerte, pero en especial el gozo y el significado de la vida, son tratados a partir de una profunda reflexión sobre la trascendencia de la muerte, la función de la enfermedad y la importancia del acompañamiento al moribundo. 

Tara Parra interpretar un personaje que requiere vitalidad, audacia, memoria y mucho carisma, cualidades cubiertas a plenitud por la espléndida actriz. La acompaña un improvisado actor que cambia en cada representación, aportando un ingrediente distinto a cada puesta. Parra reconoce que esta obra implica un mayor contacto con el público, situación que no había tenido oportunidad de enfrentar. Cada función es diferente dependiendo del público porque platica con ellos, les hace preguntas y hay más interacción. 


La pieza cuenta la historia de una anciana en la antesala de la muerte. Un permanente viaje, entre el presente y el recuerdo, con un objetivo básico: Platicar. El personaje evoca a los abuelos, hablando de los viejos tiempos. La testarudez y la picardía de una anciana que evade el agobiado presente porque, inevitablemente, le hace ver sus limitaciones. Huir de la realidad no es fácil ni sano

Tara Parra estudió arte dramático en el INBA y en la escuela de Jacques Lecoq, en París, ha participado en innumerables puestas en escena. La octogenaria actriz vuelve al escenario con las experiencias de toda una vida para enriquecer Todavía…Siempre, un montaje que la revitaliza y en el que aporta anécdotas propias.



El trabajo de la Compañía Teatro de Ciertos Habitantes se caracteriza por ofrecer montajes muy distintos unos de otros, como el teatro físico, con un alto porcentaje de improvisación, y desde hace 15 años ha sido ampliamente reconocida en el ámbito internacional por montajes como Becket o el honor de Dios, De monstruos y prodigios: La historia de los castrati, El automóvil gris, ¿Dónde estaré esta noche?, La piel y El Gallo. Tanto su director, Claudio Valdés Kuri, como la compañía, han recibido numerosos premios de la crítica especializada.



El teatro es de todos. ¡Asista!

Imprescindible. 

Todavía…Siempre. De: Conchí León.
Dirección: Claudio Valdés Kuri.
Actuación: Tara Parra y Guillermo García Proal

Jueves y viernes 20:00 horas; sábados 19:00 horas y domingos 18:00 horas. Hasta el 7 de julio.
Localidades: $150.

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