El teatro que nada tiene que decir no merece ser llevado a escena.
Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
Violeta Isfel, Julián Huergo, Andrés de León y Pedro González (director y escritor de la obra) son el equipo creativo de la obra, Muerte de cuna o por favor concédeme un café, obra con la que Violeta Isfel, quien sale de su zona de confort como habitual participante de las telenovelas de Televisa (como actualmente sucede), se ha dado a conocer como productora teatral.
Muerte de cuna o por favor concédeme un café es una pieza teatral en veinte cuadros sin orden cronológico en los que se suceden recuerdos que recrean la historia. Las escenas son como piezas de un rompecabezas que se arma, se complementa, se acompañan y se trascienden. A lo largo de la historia conocemos verdades, traiciones y mentiras, claridades y confusiones. El dolor de lo hecho a espaldas de quien supuestamente se ama. Historia de amores, deseos y objetos de venganza.
Tres que se hacen coincidir en el tiempo, en el espacio, Damián, Mario y Sonia, tres seres que sin quererlo y con justa exactitud acuden puntualmente a la cita con el juego del destino. Historia de sueños vendibles y vientres alquilados.
El objetivo del elenco es hacer conciencia en la sociedad, sobre temas como la adopción, vientres rentados, respeto y dignificación de parejas homosexuales, así como eliminar tabúes, permitiendo que el público se forme un criterio propio ante éstos temas.
Afirma el queretano Pedro González Ramírez con respecto a su obra: Muerte de cuna o por favor concédeme un café es un teatro que revela y también se rebela, es decir, la escena tiene la tarea de quitar los velos sociales que tanto obstaculizan un camino más fluido como humanidad, pero también es la escena quien ha de ser partícipe en generar a nivel social el descontento, las preguntas y todo aquello que nos lleve como género a la rebeldía de las ideas. El teatro que nada tiene que decir no merece ser llevado a escena. Se trata de un espectáculo para mayores de 17 años o menores, con la supervisión de un adulto.
Muerte de cuna o por favor concédeme un café, es una historia hecha vida que sugiere temas profundos y para todos conocidos. La obra llega a la emoción y al intelecto, ya que está escrita desde la esencia humana.
No muestra seres perfectos, al contrario, lleva a escena a tres personajes imperfectos: Mario, Sonia y Damián, tres seres que se equivocan, que eligen, que toman malas decisiones y que pagan las consecuencias de sus actos. Muestra una historia verdadera, y lo hace con la convicción de que muchas veces la realidad supera a la ficción misma.
Una historia de aproximadamente 105 minutos en un solo acto, con tres actores que se entregan a la escena, con un texto inteligente y actual, la obra tiene como objeto que el público partícipe a través de sus conclusiones.
En Muerte de cuna o por favor concédeme un café se expone un punto de vista con respecto a las parejas homosexuales, que no conoce la gente. En una cultura machista y homofóbica, en donde aun falta mucho camino por recorrer para llegar a una igualdad de oportunidades, en la sociedad hay muchos tabúes, por lo que en este espectáculo se ponen las cartas sobre la mesa en cuanto a la realidad que vive una pareja “gay” cuando tiene una relación estable.
Damián y Mario disfrutan, desde hace mucho tiempo, de su vida en pareja y su éxito laboral. El primero da clases en la universidad; el segundo, hace labores domésticas. La cotidianeidad de su vida se rompe cuando el avance de la política les da derechos a las personas homosexuales y les permite repensar algunos aspectos de su relación. Damián quiere cumplir uno de sus sueños. Ser padre.
"El perdón no sirve para nada más que para calmar tu conciencia" le reprocha Damián a Mario, mientras toman un café. Su deseo era formar una familia con dos padres y un hijo, cuya madre fuera amiga de uno de ellos. Situación que actualmente debiera ser normal, sobre todo cuando en su ciudad se han hecho reformas legales que reconocen la diversidad familiar.
Ante el planteamiento de tener un hijo, surge el temor de ser discriminados por parte del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, que les puede negar cumplir su sueño. La única opción es conseguir una mujer dispuesta a prestar su vientre.
Así comienza una discusión en la que se analiza, desde diversas aristas, sin contemplar la opinión de la futura madre, que puede conducir a situaciones extremas ante una serie de preceptos que las leyes no puede detener.
La obra aborda una situación propia de nuestro mundo contemporáneo, pero que en el fondo trasluce gran parte del pensamiento moral humano cuyo impacto logra influir en el devenir diario de una pareja de personas del mismo sexo.
Muerte de cuna o por favor concédeme un café, puesta en escena que forma parte de la campaña Todos los días es el día para no discriminar, organizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) que lleva a cabo diferentes actividades en ese sentido y en todos sus ámbitos.
En un montaje austero de recursos pero no de no imaginación, creatividad, talento y compromiso, la triada de histriones hacen de unas cajas para empacar, toda una variedad de muebles y accesorios y le sacan el mejor provecho al pequeño espacio del Foro Italiano del muy activo Centro Cultural de la Diversidad. Enhorabuena
El teatro es de todos. ¡Asista!
Muy recomendable.
Muerte de cuna, por favor concédeme un café
De: Pedro González Ramírez.
Dirección: Pedro González Ramírez.
Actuación: Violeta Isfel, Julián Huergo, Andrés de León y Miguel Garric.
Centro Cultural de la Diversidad,
Foro Italiano:
Colima 267. Col. Roma Norte (casi esquina con Insurgentes). Metrobus Durango.
Domingos 17 y 31 de marzo, 18 horas (ULTIMAS FECHAS).
@MuerteDeCunaMx
Boletos Entrada general $180. Adolescentes y adultos.
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