El
mutuo deslumbramiento por la libertad y la creación.
Texto y
fotos: Salvador Perches Galván.
De ascendencia
croata, hijo de Antonio Skármeta Simunovic y de Magdalena Vranicic, Esteban Antonio Skármeta Vranicic, nació en Antofagasta,
Chile, el 7 de noviembre de 1940. El escritor chileno, es una de las máximas
figuras de la literatura de su país, reconocido internacionalmente por su
novela Ardiente paciencia, la cual fue llevada al cine en el film Il
Postino.
Skármeta estudió
Filosofía en la Universidad de Chile, discípulo de José Ortega y Gasset, su
tesis versó sobre el pensamiento de este último. Se interesó por las filosofías
de Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Martin Heidegger.
Con la Academia de Artes Dramáticas organiza un espectáculo
en homenaje a Chéjov, Cervantes y O’Neill. Lee sus primeros cuentos en la
Academia de Letras y en su último año de secundaria es elegido presidente de
este grupo literario. En este tiempo gana algunos concursos escolares con
textos ensayísticos o poéticos. Participa con su grupo en un viaje de estudios
que lo lleva a Perú y guiado por sus maestros conoce Machu-Picchu, experiencia introductoria
de una América Latina profunda que luego lo conducirá a leer la obra de Pablo
Neruda.
En 1959 recorre Bolivia y Perú con un grupo de titiriteros
presentando obras de García Lorca de pueblo en pueblo, emulando el carromato
del granadino. En 1960 se une a un conjunto teatral que actúa en Argentina,
Uruguay y Brasil, y en 1960 trabaja en un barco de carga que lo lleva a la
costa atlántica de Estados Unidos desde donde parte para atravesar todo el
continente y llegar con un viejo auto a California y México.
En 1964 obtuvo una
beca para realizar estudios de posgrado en Estados Unidos, en donde alcanza una
maestría en la Universidad de Columbia, Nueva York (su tesis versó sobre la
narrativa de Julio Cortázar). La estadía en Estados Unidos fue muy fructífera:
se habitúo con la escena teatral, fílmica y musical de Manhattan y estudió
teatro con Paul Kozelka, del Actor’s Studio. Allí escribe algunos cuentos ubicados
en Norteamérica que constituirán la base de sus primeras obras de ficción.
A su retorno a su
tierra natal, comienza a trabajar como director de teatro en el Conjunto
Artístico del Instituto Pedagógico, imparte Filosofía en el Instituto Nacional
y publica su primer libro de relatos El entusiasmo en 1967; después impartirá
Axiología y Literatura en la Universidad de Chile.
Por esos años recibe
su primer reconocimiento importante: el Premio Casa de las Américas 1968 por Desnudo
en el tejado.
Intelectual de
izquierda, Skármeta fue miembro del Movimiento de Acción Popular y Unitaria
en los años de la Unidad Popular. Después del golpe militar emprendido por
Augusto Pincochet, el escritor sale del país junto con el cineasta Raúl Ruiz.
La primera escala fue Argentina, donde residió un año y publicó su tercer libro
de relatos: Tiro libre (1974). Luego partió rumbo a Alemania Occidental,
donde recibió en 1975 la beca del Programa de las Artes de la Academia Alemana
de Intercambio Académico, gracias a la que pudo escribir su primera novela Soñé
que la nieve ardía. A partir de 1979 trabajó durante tres años como
profesor de Guion Cinematográfico en la Academia Alemana de Cine y Televisión
en Berlín Oeste.
En Alemania construyó
la historia del cartero de Neruda: primero para la radio alemana y luego como
un guion. La historia aparece como libro bajo el título de Ardiente
paciencia, en 1985. Luego se llama El cartero de Neruda. Esta obra
de éxito enorme, ha sido traducida a una treintena de lenguas, adaptada al
cine, el teatro y la radio. Su autor asegura que existen más de cien versiones
en el mundo.
El compositor
mexicano Daniel Catán creó una ópera basada en ella que fue estrenada en la
Ópera de Los Ángeles bajo el título de Il Postino con Plácido Domingo
como Pablo Neruda y Cristina Gallardo-Domas como Matilde.
En 1989 regresó a
Chile, tras un largo exilio de casi 16 años. En mayo de 2000, durante la
presidencia de Ricardo Lagos, fue nombrado embajador en Alemania, cargo que
ejercería hasta febrero de 2003.
Ha sido catedrático
en las universidades de Washington en San Luis, Misuri y en
Colorado College.
Apasionado del
séptimo arte, Skármeta ha escrito varios guiones, dirigido al menos dos
películas y actuado en cinco. En 1973 escribió su primer guion: La Victoria para el director
alemán Peter Lilienthal, quien dirigió el filme homónimo, donde se narra la
vida de una solitaria dactilógrafa provinciana, que va a Santiago, y al
encontrar la ciudad convulsionada se interesa más por ser alfabetizadora que
por llevar adelante una vida burocrática. Esta primera experiencia
cinematográfica será el comienzo de una duradera atracción por el cine que lo
conducirá a escribir varios guiones o que motivará a otros directores a
realizar adaptaciones fílmicas de sus cuentos o novelas.
También han sido
llevadas al cine Ardiente paciencia, por el mismo Skármeta en 1983 como
director y guionista bajo el mismo título, y por Michael Radford con el nombre
de El cartero en 1994, galardonada con muchos premios internacionales y El
baile de la victoria en 2009 por Fernando Trueba.
Apunta Skármeta en torno a Neruda: “Nunca pertenecí al
círculo íntimo de Neruda, porque tenía otra edad, otro tipo de conducta, tenía
otras preferencias estéticas, pero sí admiraba enormemente sus poesías, los
distintos tipos de poesía que escribía, y las pocas veces que estuve con él
disfruté enormemente, tenía un sentido del humor muy juguetón. Y eso me marcó
en el modo de construir el personaje literario de Pablo Neruda en El Cartero. Él tenía otro tipo de
relación con otras personas, con unos se mostraba más intelectual, o más
huraño, o más hosco: pero era extremadamente tierno con las personas humildes,
jamás olvidó su origen humilde. Siempre se interesaba por el trabajo material
de la gente con una gran curiosidad, y la gente apreciaba esto. Se lo
reconocía”.
Ardiente paciencia narra la
insólita amistad entre un sencillo e ingenuo cartero de provincia y el poeta
Pablo Neruda. El mutuo deslumbramiento por la libertad y la creación.
Dice Skármeta que su obra fue
el resultado de una lenta maduración, de una decantación de años. En ello quizá
resida la clave del éxito de su libro, que además de una novela, nació, desde
el principio por sus ricos y amenos diálogos, como un guión cinematográfico. Como
en la versión cinematográfica del libro de Mann, Muerte en Venecia; o en
la del Borís Pasternak, Doctor
Shivago, el escritor le debe a ella mucho del éxito de su obra.
En el prólogo, su autor describe la génesis de su más
famosa y exitosa novela:
“Trabajaba como redactor cultural de un diario de quinta
categoría.
La sección a mi cargo se guiaba por el concepto de “arte”
del director. En las oficinas húmedas de esa redacción agonizaban cada noche
mis ilusiones de ser escritor. Otros escritores de mi edad obtenían
considerable éxito en el país y hasta premios en el extranjero. La envidia, más
que un acicate para terminar algún día una obra, operaba en mí como una ducha fría.
Por aquellos días en que cronológicamente comienza esta
historia, que como los lectores advertirán parte entusiasta y termina bajo el
efecto de una honda depresión, el director advirtió que mi tránsito por la
bohemia había perfeccionado peligrosamente mi palidez y decidió encargarme una
nota a orillas del mar, que me permitiera una semana de sol, viento salino,
mariscos, pescados frescos, y de paso importantes contactos para mi futuro. Se
trataba de asaltar la paz costeña del poeta Pablo Neruda, y a través de
entrevistas con él, lograr para los depravados lectores de nuestro pasquín algo
así, palabras de mi director, «como la geografía erótica del poeta». En resumidas
cuentas, y en chileno, hacerle hablar del modo más gráfico posible sobre las
mujeres que se había tirado.
Hospedaje en la hostería de isla Negra, viático de
príncipe, auto arrendado en Hertz, préstamo de su portátil Olivetti, fueron los
satánicos argumentos con que el director me convenció de llevar a cabo la
innoble faena.
A estas argumentaciones, y con ese idealismo de la
juventud, yo agregaba otra, acariciando un manuscrito interrumpido en la página
28: durante
las tardes iba a escribir la crónica sobre Neruda y por las noches, oyendo
el rumor del mar, avanzaría mi novela hasta terminarla. Más aún, me propuse
algo que concluyó en obsesión, y que me permitió además sentir una gran
afinidad con Mario Jiménez, mi héroe, conseguir que Pablo Neruda prologara mi
texto. Con ese valioso trofeo golpearía las puertas de Editorial Nascimento y conseguiría
ipso facto la publicación de mi libro dolorosamente postergado.
La novela no es la que quise escribir en isla Negra ni
ninguna otra que hubiera comenzado en aquella época, sino un producto lateral
de mi fracasado asalto periodístico a Neruda. El sabroso reportaje a Neruda, no
fue viable debido a principios del vate y no a mi falta de impertinencia. Con
una amabilidad que no merecía la bajeza de mis propósitos me dijo que su gran
amor era su esposa actual Matilde Urrutia, y que no sentía ni entusiasmo ni
interés por revolver ese «pálido pasado», y con una ironía que sí merecía mi
audacia de pedirle un prólogo para un libro que aún no existía, me dijo
poniéndome de patitas en la puerta: «con todo gusto, cuando lo escriba».
En la esperanza de hacerlo, me quedé largo tiempo en isla
Negra, y para apoyar la pereza que me invadía todas las noches, tardes y
mañanas frente a la página en blanco, decidí merodear la casa del poeta y de
paso merodear a los que la merodeaban. Así fue como conocí a los personajes de
esta novela.
Tardé catorce años en escribirlo, es francamente
un récord del cual no me enorgullezco. “
El cartero trata sobre
la vida de Mario Jiménez un adolescente de que vive en isla negra (Chile). Trabaja
de pescador con su padre hasta que decide abandonar la pesca para dedicarse,
con un pequeño sueldo, de cartero. Al único que le tenía que llevar la
correspondencia era a Pablo Neruda, con el que entabla una intensa amistad.
Mario conoce en la
hostería a Beatriz de la que se enamora, más tarde habla con Pablo Neruda al
que le pide ayuda para poder conquistarla. Ayuda que le sirve de mucho, ya que
consigue que se enamore de él. Neruda recibe una carta donde le anuncian que se
debe presentar a las elecciones de Chile.
Rosa, la madre de
Beatriz, interviene para evitar que la relación siga adelante, le envía una
carta al poeta para que le ayude a romper la relación de Mario y Beatriz. Neruda
habla con Rosa y le dice que lo intentará pero está seguro que no servirá de
nada. Neruda anuncia que le han pasado su cargo como candidato a las elecciones
de la presidencia de Chile a Salvador Allende.
Beatriz y Mario se
casan y Neruda parte a Paris como embajador, Mario pierde su trabajo como cartero
y doña Rosa le ofrece el puesto de cocinero.
Mario recibe la primera
carta de Neruda donde le pide que le grabe los sonidos característicos de la
isla porque los echaba de menos.
Nace el hijo de Beatriz
y Mario al que llaman Pablo Neftalí Jiménez González y don Pablo Neruda recibe
el premio Nobel de literatura.
Adaptada de laobra, Il Postino es una
película italiana de 1994 dirigida por Michael Radford. Protagonizada por
Philippe Noiret, Massimo Troisi y Maria Grazia Cucinotta.
En la novela y la
película original Neruda se encuentra en Isla Negra (Chile) alrededor de 1970,
sin embargo, Il Postino traslada la acción a la Isla Salina en Italia
durante los años 50.
La
primera versión teatral mexicana de El
Cartero se estrena en nuestro país el 22 de julio de 1999, dirigida
por Raúl Quintanilla, con Lourdes Villarreal, Patricio Castillo, Plutarco Haza
y Ana de la Reguera, en el Teatro Renacimiento del Centro Manolo Fábregas,
versión que no fue favorecida por el público. La obra retorna a nuestra
cartelera gracias al inquieto y siempre activo productor Daniel Gómez, quien ha
venido desarrollando una incesante actividad escénica en el Teatro Libanés
desde hace algunos años, con resultados por demás interesantes, reclutando,
siempre equipos creativos con variopintos montajes, buenos directores y elencos
“comerciales”, que han demostrados sus capacidades histriónicas en las tablas.
Ya con una media docena de puestas en escena, se agrega a la lista, El cartero, precedida, como se afirma en
las líneas que a esto preceden, de enorme éxito y reconocimiento. Esta nueva
propuesta, comandada por el siempre polémico Salvador Garcini, quien apuesta,
en esta ocasión, por una puesta sin mayor pretensión que la de agradar, con un
eficaz y conmovedor montaje con Ignacio López Tarso a la cabeza del convincente
elenco, interpretando, por supuesto, al célebre poeta chileno, la siempre grata
presencia de Elena Rojo, y los jóvenes Erick
Elías y Livia Brito, de grata presencia física y buen desempeño actoral.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Muy disfrutable.
El
cartero De: Antonio Skármeta.
Dirección: Salvador Garcini.
Actuación:
Ignacio López Tarso, Elena Rojo, Erick Elías y Livia
Brito.
Teatro Libanés. Barranca del Muerto s/n entre Insurgentes Sur
y Minerva. Metrobus José Maria Velasco
Teléfono 5661.81.30
Viernes 20.30 horas.
Sábado 18.30 y 20.30 horas. Domingo 17.30 y 19.30 horas.
Funciones especiales por temporada: Viernes 28 y sábado
29 18.30 y 20.30 horas. Domingo 30 17.30 y 19.30 horas.
Boletos $500.00,
$350.00 y $200.00
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