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EL FANTASTICO MUNDO DE JUAN OROL


Hacer las cosas más allá de lo que digan los demás.

Salvador Perches Galván


Ganadora al Premio Mayahuel a la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y Mención Especial como Mejor Ópera Prima Mexicana del XV Festival Internacional de Cine de Guanajuato, El fantástico mundo de Juan Orol se estrenó el 14 de septiembre con 24 copias y se exhibe en el Distrito Federal y Área Metropolitana.

Biografía de uno de los íconos de la historia del cine mexicano, El fantástico mundo de Juan Orol, nos lleva a conocer la vida y obra de un hombre que llegó a México para volverse, de manera involuntaria, en el creador de varios géneros cinematográficos: gángsters, rumberas y hippies, obteniendo un enorme éxito en taquilla, pero unas críticas terribles. Se le conoce como, “El gran surrealista involuntario”. Ícono de la cinematografía mexicana y director de culto, con cerca de 60 películas en su haber, Juan Orol fue considerado “el rey del churro”.


Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica como Director de Fotografía, Sebastián del Amo comenzó su carrera en comerciales, videoclips, comerciales y largometrajes. Con El fantástico mundo de Juan Orol debuta como director y guionista.

Platicamos con el debutante director y con Gabriela de la Garza, una de sus numerosas protagonistas y esta es la entrevista:

Salvador Perches Galván. Desde el nombre de la película está vinculado con la obra del polémico Juan Orol,  ¿Sebastián, cómo te aproximas a su obra?

Sebastián del Amo.- En realidad mi primer contacto fue a través de una premisa equivocada, me habían contado una anécdota de él muy chistosa que se suponía que llegó exiliado de España a México que lo alcanzan en el barco y le preguntan: -¿profesión?. -bueno, pues me gusta el cine. -Cineasta.

Me puse a investigar la verdadera historia, o lo que se sabe de Orol y a partir de ahí me pareció muy interesante como la carrera cinematográfica de este personaje, coincide absolutamente con la evolución del cine mexicano. El empieza a filmar prácticamente con el inicio del cine sonoro, tiene su momento de mayor producción en plena época de oro del cine mexicano, en donde llegó a filmar hasta 7 películas en un año y luego, ya en los años 60’s, 70’s, 80’s coincide con su vejez y con su decadencia personal, que va de la mano con la decaída que tuvo la industria en México. Entonces me pareció muy interesante, es una historia prácticamente paralela a toda la evolución del cine mexicano.

Me parece que Juan Orol es un ícono absoluto del cine mexicano, es un personaje fundamental para entender la historia de nuestro cine y creo que es el director que mejor personifica lo que fue este cine mexicano, un tanto improvisado, pobretón, un poco chabacano pero con mucha imaginación y con mucho arrojo este hombre llegó a filmar 57 películas en 60 años, que tiene un mérito enorme.

S. P. G. Casi una por año, si se pensara en un paralelismo entre número de años y de películas…

S. del A. Aunque al final de su carrera entre una película y otra llegaron a pasar hasta 10 años, pero en su época más prolífica era una máquina, era el rey de la serie “B”, le llamaban “El rey del churro” precisamente porque así salían uno tras otro.

S. P. G. Polémico director, en efecto, su cine está lleno de errores, en sus películas los muertos reaparecen, cruzan una puerta y cambian de vestuario. La película no podía tener un tono diferente a como el filmaba.

Gabriela de la Garza. Exactamente, era una película surrealista desde el principio con este tono oreliano, con estos errores de continuidad, con los mismos chistes, en fin, creo que Sebastián logró ese ambiente, nos lo transmitió y todos alcanzamos el mismo nivel, es decir, es una película homogénea en ese sentido.

S. del A. Exacto, la idea era hacer un homenaje desde el profundo respeto que le tengo al personaje de Juan Orol y en general a todo el cine mexicano, se trataba de hacer un homenaje a todos los estereotipos de nuestro cine, que es parte fundamental de nuestra cultura iconográfica. Es hacer un homenaje en todos los sentidos, la música, el decorado, el vestuario, el tono actoral, todo. El color de la película, la fotografía de Carlos Hidalgo es espectacular, en general todos los departamentos hicieron un trabajo impresionante. Si tuve algún mérito como director fue haberme reunido de toda esta gente tan increíblemente talentosa, Carlos Hidalgo hizo un trabajo impresionante porque el reto técnico que teníamos es que la filmamos en video digital y a partir de este formato se trataba de emular al celuloide en las diferentes épocas, variando de acuerdo a como te pegaba la luz, las diferentes difusiones, los diferentes granos de textura. El diseño de producción de Christofer Lagunes también fue espectacular, tenía a un grupo de gente trabajando como auténticos fenicios 24 horas al día durante más de 8 semanas y siempre tuvimos los decorados, a pesar de que la película no es necesariamente cara para un proyecto de esas características, más bien todo lo contrario y parece mucho más cara de lo que realmente fue, sin duda mucho tiene que ver el trabajo de Cristofer, el trabajo de Carlos. Débora Medina que hizo el diseño de vestuario también espectacular porque logramos rescatar trajes originales de María Antonieta Pons, eso es muy curioso, resulta que la señora en su vejez se casó con un señor que tenía hijos que se pelearon la casa, y los trajes de rumbera estaban literalmente pudriéndose, apolillándose en el sótano, entonces Débora quien sabe como convenció a uno de los que está en este pleito bizantino y los rescató, imagínate, lentejuelas cocidas a mano de los años 40, las actrices en el momento que se ponían estos trajes sufrían una transformación total y finalmente el diseño de maquillaje de Mari Paz Robles es espectacular, las chicas llegaban absolutamente transformadas en rumberas, adoptaban la personalidad. Fue un rodaje muy bonito y fluido pese a que, evidentemente tuvimos mil contratiempos. Era, no te voy a mentir, un circo de tres pistas pero fue muy disfrutable todo el proceso del rodaje.

S. P. G. ¿Cómo te ves de rumbera, toda sexy, en esos tiempos en que estas exuberantes mujeres conformaban el fantástico mundo de Juan Orol?.

Gabriela de la Garza. Pues creo que bien, yo pedía un personaje así desde hace mucho tiempo, ojalá hubiera tenido oportunidad de hacer mas escenas bailando, porque yo empecé como bailarina en este negocio, antes de ser actriz yo fui bailarina, estudié en Bellas Artes danza contemporánea, entonces yo pedía a gritos un personaje en el que pudiera conjuntar estas dos actividades, que pudiera actuar y que pudiera bailar al mismo tiempo, y rumba, bueno, fue maravilloso, lo disfruté.

Fue divertidísimo, fue una experiencia muy diferente a cualquier otro proyecto en el que yo haya estado involucrada. Para empezar, representar a una mujer de esa época, que realmente existió, que no tiene uno que crear un personaje de la nada, obviamente uno si le pone de su cosecha, pero yo si quería hacer una Mary Esquivel muy apegada a lo que ella fue, entonces fue un trabajo muy rico de investigación, de empaparse del contexto, cómo se movía, cómo hablaba, que gestos hacía, que tono utilizaba al actuar y fue un tono que adopté no solo para cuando ella estaba actuando en la película sino también en su vida cotidiana, tono que, además creo que todos logramos homogeneizar. La verdad es que había muchas risas en el set todos los días, era delicioso llegar cada día y ver que peinado, que maquillaje o que vestuario te iban a poner. Se hizo una investigación en cada departamento impresionante, mucho del vestuario es original de la época, entonces uno llegaba a probarse los vestidos y cuando te los quitabas te quedaba polvito del traje porque ya se estaba, prácticamente, deshaciendo, entonces lo único que hicieron fue adaptarlo a las medidas de cada actriz, muchas veces había que sacarle un poquito, porque las cinturitas de aquella época había que macharlas, pero fue muy, muy divertido, la verdad es que lo disfruté muchísimo.


S. P. G. ¿Qué diferencia hay entre recrear una vida real y crear un personaje ficticio?

G. de la G. Es completamente diferente, en los dos casos debes hacer tu investigación, debes tener el background del personaje, ya sea que exista y lo estés recreando y recopilando o creándolo a partir de hechos específicos con lo que el escritor o guionista te brinde tu los vas conectando o justificando ciertas cosas y añadiendo de tu cosecha, sin embargo es un reto diferente, nunca me había tocado “imitar” a una persona con un tono también muy exagerado, que uno no está acostumbrada a hacer y también fue una oportunidad para deschongarse y para hacer muchas cosas que no te permites en otras ocasiones. Fue un proceso muy diferente pero, por lo mismo fue muy rico y de gran aprendizaje, aprendí muchísimo.

S. P. G. Ver los diferentes procesos de filmación, tiene su parte didáctica en el sentido de ver la evolución del cine en una sola película.

S. del A. Una de las cosas que me ha gustado mucho de la reacción de la gente que ha tenido oportunidad de verla es precisamente eso, que mas allá de que se hayan entretenido, de que se hayan enternecido o no, la gente sale con la sensación de haber aprendido algo de la historia del cine y eso a mí me encantó, es algo muy bonito, saber que no estaba equivocado, la intención con la que hicimos la película, que es un homenaje y un intento de revalorizar a un personaje que es indiscutible y absolutamente indispensable para nuestro cine.



S. P. G. Finalmente es como nuestro Ed Wood

S. del A. Es inevitable la comparación, pero a mí me parece odiosa. Más allá de la similitud es que efectivamente Orol, al igual que Ed Wood, no tenía ningún tipo de formación cinematográfica y que todo lo aprendió en la práctica, entonces evidentemente cometía todo tipo de errores, pero la gran diferencia es que Ed Wood creo que filmó 7 u 8 películas y Juan Orol filmó 57, entonces, por malas que sean, ningún tonto filma 57 películas, o sea que alguna gracia tenían que tener para el público, las consumía, las disfrutaba y lo mantuvieron vigente durante 60 años de carrera, a diferencia de otros directores quizá más consagrados, como El Indio Fernández, los Alcoriza o los Rodríguez que tuvieron un momento de auge, luego tuvieron un momento de decadencia y se pasaron prácticamente el final de su vida sin filmar. Orol, dentro de su esquemita, que de alguna manera es el antecedente del esquema de producción de los video homes se mantuvo filmando toda su vida, incluso dejo una película inconclusa, que hubiera sido el antecedente de Las ficheras, porque se llamaba Espérame en la cama vida mía, imagínate.

S. P. G. Yo creo que uno de los motivos de admiración de este hombre, que no era precisamente guapo, es que tuvo a las mujeres más bellas en sus películas pero también en su vida, fueron sus esposas…

S. del A. …claro, que eran como sus musas, llegaba, les prometía llevarlas a París, a Nueva York, marquesinas en todos los cines y luego se casaba con ellas, las hacía sus musas y sus esposas y sí, eran mujeres que, literalmente, paraban el tránsito. Por ahí dicen, que la Zona Rosa se llama así por Rosa Carmina, no sé si sea cierto, pero bueno. Se casó con María Antonieta Pons, conocida como “El ciclón del Caribe”; con Rosa Carmina, una diva absoluta; con Mary Esquivel el señor tendría como 62 años y ella 17 y luego con Dinora Judith que es su última mujer, la diferencia era como de 76 a 15, una cosa así. Alguna gracia tenía que tener el hombre, la gente que lo conoció dice que era un tipo muy simpático, era un gran bailarín, las mataba bailando tango y era el hombre orquesta. Una de las características que creo que tenía y que lo hacía absolutamente sensacional es que era un tipo muy echado para adelante, no conocía la palabra miedo, no se detenía a cuestionarse donde estaba parado, y tiene un gran merito: hacer las cosas más allá de lo que digan los demás, aún teniendo todo en contra, como el salmón nadando contracorriente, porque las críticas que tuvo Juan Orol durante toda su carrera fueron devastadoras, cualquier otro se hubiera echado a llorar pero este hombre lejos de eso seguía y seguía y siguió toda su vida y esa es una cosa absolutamente rescatable de él y que todos los cineastas deberíamos imitar. Yo en todo este proceso he descubierto que tengo absolutamente muchísimos puntos de encuentro con Juan Orol, en ese sentido.  Hay muchas cosas que le admiro, he llegado a querer mucho a la persona, sin conocerla, inventándome, más bien, a la figura que yo quiero de él, porque no sé a ciencia cierta si era así, pero me parece un tipo admirable.

S. P. G. ¿Cómo conformaste tu elenco?

S. del A. No trabajé con ningún director de casting, fue un trabajo que hice yo, llamándoles, enseñándoles el proyecto a los actores principales pero también a los actores que aparecen, que son un montón, haciendo breves apariciones.

S. P. G. No había otro para Orol que Sosa.

S. del A. Roberto no fue nuestra primera opción porque en el proceso de 6 años manejamos otras opciones y a Roberto lo habíamos invitado en una etapa inicial del proyecto para que hiciera otro personaje y al final, por diferentes razones, llegamos a proponérselo a Roberto y a partir de ahí fue increíble, no fue la primera, pero fue, sin duda, la mejor opción. Muy generoso en el proceso, que fue muy complicado porque muchas veces llegaba a trabajar al llamado con seis horas previas de maquillaje, todo ese proceso con un actor complicado hubiera sido realmente difícil, y Roberto al contrario, lo hizo muy fluido, muy fácil, es un profesional como pocos hay en este país, creo que tiene 42 años y 38 de carrera, una cosa así.

G. de la G. Fue maravilloso trabajar con Roberto Sosa, es increíble es un excelente compañero, es un excelente actor y yo siempre procuro eso, rodearme de personas, de actores de los que yo pueda aprender, creo que la mayoría de las veces lo he logrado y este proyecto por supuesto que no fue la excepción. Trabajar con Roberto ha sido una gran experiencia, así como con mis otros compañeros y lo volvería a hacer.

S. del A. El guión tenía muchos personajes que en realidad son beats aparecen, dicen una frase y no vuelven a aparecer en toda la película, como estamos haciendo un homenaje a un icono, un personaje emblemático del cine mexicano, quería que, en la medida de lo posible, esos pequeños papeles, los hicieran actores que, en sí mismos son personajes del cine mexicano de ayer, de hoy y de siempre, contamos con Tongolele, Zamorita, Jesús Ochoa, Esteban Soberanes, Alberto Estrella, Juan Manuel Bernal, Rodrigo Murray, Rodrigo Cachero, la lista es larga, me voy a olvidar de alguien y no quisiera y bueno evidentemente, a la hora de estar filmando fue muy complicado cuadrar las agendas de todos, pero se volcaron de una manera muy generosa por las características del proyecto, a todo el mundo le hacía gracia el redescubrir para las generaciones futuras a este personaje absolutamente entrañable del cine mexicano.

S. P. G. Es muy efectiva la síntesis que haces del periodo de cada musa, que, además va armando el catálogo de la filmografía de Orol.

S. del A. En realidad lo que descubrí en toda la investigación es que hay poca información de Orol, la que hay, generalmente son entrevistas que el dio a una edad avanzada, entonces, entre que confunde fechas, mezcla las cosas o directamente se inventa otras, descubrí que lo que se sabe de la vida de Orol no es verificable, todas estas cosas de que fue boxeador, torero, porque él lo dice, pero a saber si fue cierto o no, entonces de entrada descarté, por eso mismo, la idea de hacer un documental, y luego descubrí que el tipo se preocupó toda su vida de construir un mito alrededor de su persona, entonces se me hacía una injusticia desmitificar al personaje que el mismo quiso crear de sí mismo. A partir de ahí la investigación fue larga, minuciosa, tuve acceso a sus películas, de alguna manera el cine de Orol es muy autobiográfico a pesar de que está en su mundo de gansters, de rumberas, el se refleja mucho en sus películas. Hay una película en la que él es un productor viejo que descubre a una chica, una mesera, la vuelve famosa y tiene un diálogo que dice: “yo sé que tú me traicionarás, pero yo he encumbrado a otras  mujeres”. Tiene muchos datos que son realmente biográficos y hace que su filmografía tenga un peso importante en su propia historia, tiene claramente 5 periodos que coincide con sus cinco esposas: un periodo pre rumbero o pre gansteril en el que hace películas con una fuerte exaltación materna y paterna, entonces tiene títulos como Madre querida, Honrarás a tus padres o El calvario de  una esposa , y luego se adentra directamente al mundo cabaretil y sus diferentes épocas van así claramente: María Antonieta Pons, Rosa Carmina, Mary Esquivel y Dinora Judith y se nota en todo, siempre manteniendo su fórmula del éxito que repite hasta la extenuación pero si se marcan clarísimo esos períodos en sus películas y en su vida, entonces eso me pareció interesante para tenerlo en la película.

S. P. G. ¿Cómo ves la película en su conjunto, porque son como capítulos y cada capítulo es una de sus musas?

G. de la G. Me parece que está muy bien, fluye, en ningún momento se hace pesada, es una película simpática, de un momento a otro ya estás en los 80’s y ya se te pasaron todos estos años y es muy gracioso también, ver cómo fue su vida sentimental. El fue un enamorado, pero, aún así, nunca tuvo un amor como el primero, Amparito, su primera esposa, creo que fue el gran amor de su vida y el aprovechaba el momento, su posición de director, productor, actor, escritor y demás, pero, por supuesto que también las mujeres aprovechaban quien era y que le podían sacar y cuando ya no podían sacarle mas entonces lo dejaban. La verdad es que me divertí viéndola.

S. P. G. La película está muy bien documentada y esta situación no era privativa de Orol…

G. de la G. lo más gracioso, es que muchas cosas no han cambiado, o sea, seguimos pariendo chayotes en muchos sentidos y tiene muchos gags la película al respecto, hay un momento en que Orol dice: “el cine son una mafias con las que hay que lidiar”, por eso la gente se ríe, sobre todo los que estamos en el medio y que conocemos como funciona. Pues sí, hay que seguir lidiando con muchas mafias, con los distribuidores, a los que se enfrentó Orol, el cine mexicano se debe enfrentar a ese tipo de cosas. Es importante conocer la historia y como empezó el cine mexicano para entender cuál es la situación actual.

S. P. G. Los créditos finales son una belleza, estos montajes sobre los carteles, cómo vas poniendo el nombre de cada personaje y el actor que lo interpreta.

S. del A. Si, la verdad ese trabajo gráfico es super bonito. Me aventé a la Lagunilla y ahí me encontré con Federico Arana que es el actor que hace al personaje del productor español en la película, él tiene un puesto de memorabilia del cine mexicano en la Lagunilla y le dije: “consígueme absolutamente todo lo que tengas de Juan Orol y te meto en la película” y ya que teníamos todo ese material con una riqueza iconográfica, entonces lo teníamos que incluir, desde luego.

S. P. G. El llamado rey del churro es tratado de una forma muy respetuosa y como una persona que aportó mucho a la industria cinematográfica nacional.

G. de la G. Así es, lo que quería Sebastián era reivindicarlo en ese sentido, hacerle un homenaje. Definitivamente yo creo que no hay fórmulas en esto, por supuesto que Orol no se apegaba a las normas cinematográficas ni del momento ni de ahora, pero indudablemente el señor tenía un estilo, tenía un sello y creaba industria, yo creo que eso es lo más importante del asunto y hay público para todo y la gente lo iba a ver. Además, lo que se proponía lo hacía, entonces yo creo que también eso nos deja una buena enseñanza, hay que ponerse las pilas y hacer lo que uno tenga ganas de hacer, de poder, se puede.

S. P. G. Como bien lo demuestras tú, que querías hacer cine y lo estás haciendo y de festival.

G. de la G. Sí, la verdad es que a mí me ha costado mucho trabajo, este año cumplo 12 de carrera, y hasta ahora se me está dando la oportunidad de hacer cine. Obviamente, estoy un poco empezando en esta rama de la actuación pero, justamente porque me había tardado tanto tiempo siempre pensé “ahora tengo que hacer algo que valga la pena y que me sienta orgullosa y que pueda presumir”. La verdad prefiero no hacer nada a hacer cualquier cosa, entonces trato de estudiar muy bien el personaje y el equipo con el que voy a trabajar y creo que ahí voy, creo que he aceptado los proyectos adecuados.

S. P. G. Por fin llega a las pantallas, luego de un recorrido festivalero, ¿cómo te sientes?

S. del A. Es un trabajo de muchísimos años (12 en total), un camino sinuoso y muy cuesta arriba siempre y ver tu trabajo en una pantalla grande y sentir cómo reacciona el publico a cada una de tus intenciones es muy emocionante y la reacción que ha tenido el público para con la película me llena de esperanza en que el gran público la va a disfrutar, que eso fue, desde siempre, algo que nos preocupó mucho a mi productor y a mí, hacer contacto con el público, nos debemos a ellos quienes pretendemos vivir de hacer esto. Yo en particular no soy muy seguidor del cine que es más intelectual y que no tiene impacto real en el público porque creo que una de las responsabilidades que tenemos los que pretendemos hacer cine en este país es precisamente hacer una industria, crear público y una cultura cinematográfica, que de hecho la hay, el público mexicano siempre ha sido muy cinéfilo, pero es reacio a consumir cine mexicano, y más de unos años para acá, entonces es importante trabajar en ese sentido porque es una incongruencia total, por ejemplo, que el año pasado tuvimos 180 millones de espectadores totales en las salas y el 90% reconoció no haber visto una sola película mexicana en todo el año, esas son cifras dramáticas y todos los sectores de la industria tenemos que trabajar para corregirlo porque ese camino nos lleva irremediablemente a la desaparición y el cine mexicano vale mucho la pena como para dejarlo morir.


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El fantástico mundo de Juan Orol

Largometraje 90 min.

México, 2011 HD

Dirección: Sebastián del Amo

Producción: Alejandro Blázquez, Carmen Ortega Casanovas

Guión: Sebastián del Amo, Raúl Fernández Espinosa

Fotografía: Carlos Hidalgo A.M.C.

Edición: Felipe Gómez, Branko Gómez Palacio, Martín Luis Guzmán

Sonido: Alejandro de Icaza

Música: Francisco Albisua

Dirección de arte: Christoper Lagunes

Compañías productoras: Celuloide Films, EFICINE 226
Reparto: Roberto Sosa, Jesús Ochoa, Roger Cudney, Karin Burnett, Plutarco Haza, Alfonso Barbolla, Rodrigo Murray, Gaby de la Garza, Ximena G. Rubio, Julio Bra

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