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LAS OBRAS COMPLETAS DE SHAKESPEARE (ABREVIADAS)


Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield.
Inspiración para numerosos experimentos
Salvador Perches Galván.

 
Hay teorías que adjudican la autoría de las obras de William Shakespeare (1564-1616) a alguien de una educación superior, tal vez al estadista y filósofo Sir Francis Bacon, o al conde de Southampton, protector del autor, incluso al dramaturgo Christopher Marlowe. A pesar de la controversia, las obras de Shakespeare fueron admiradas ya en su tiempo por Ben Jonson y otros autores, que vieron en él una brillantez destinada a perdurar para la posteridad; Jonson dijo que Shakespeare “no era de una época, sino de todas las épocas”.
Del siglo XIX en adelante, sus obras han recibido el reconocimiento que merecen en el mundo entero. Autores teatrales ingleses posteriores, como John Webster, Philip Masinger y John Ford tomaron prestadas ideas de sus obras, y su influencia en los autores de la restauración, en especial sobre John Dryden, William Congreve y Thomas Otway resulta más que evidente, también en numerosos escritores del siglo pasado, como Pinter, Beckett y George Bernard Shaw se ven las huellas de Shakespeare.


La reputación actual de Shakespeare se basa en las 38 obras teatrales de las que se tiene conocimiento, y aunque actualmente son muy conocidas y apreciadas, sus contemporáneos de mayor nivel cultural las rechazaron, por considerarlas, como al resto del teatro, tan sólo un vulgar entretenimiento.
Dada la dificultad para fechar con exactitud sus obras, los periodos son aproximados y se basan en que el autor extraía los temas de crónicas de su tiempo, así como de cuentos y narraciones ya existentes, como era costumbre en aquellos años.
Su habilidad en el uso de un lenguaje poético, de los recursos dramáticos y su capacidad para crear una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y acciones, no tiene par dentro de la literatura universal. Casi todas sus obras continúan hoy representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales, pues comunican un profundo conocimiento de la naturaleza humana, ejemplificado en la perfecta caracterización de sus variadísimos personajes.
 
 
Hace aproximadamente una década Jesús Ochoa, Rodrigo Murray y Diego Luna estrenaron en el  Teatro Helénico la obra Las obras completas de William Shakespeare (abreviadas), de Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield, adaptada por Flavio González Mello, que constituyen un  interesante experimento en torno a la obra del escritor más importante del teatro isabelino. El montaje constituyó un clamoroso éxito y al elenco se sumaron, alternando con los titulares, o bien sustituyéndolos histriones de la talla de José María Yazpik y Rodrigo Vázquez, y el muy joven y precedido de un impresionante éxito telenovelero Osvaldo Benavides, siempre dirigidos por Antonio Castro y presentándose con inusitado éxito en varios recintos tanto de la capital como del interior de la república.
Aquel antecedente hacía obligado el retorno de este montaje en el que vemos desfilar por el escenario a personajes de las obras del bardo inglés: 11 tragedias, 7 obras históricas, 16 comedias y dos poesías, entre las que destacan títulos como: Tito Andronico, Romeo y Julieta, Julio César, Otelo, El rey Lear, Macbeth, Antonio y Cleopatra y Hamlet, Ricardo II, Enrique IV, Ricardo III, Enrique VIII, La comedia de los errores, El mercader de Venecia, La fierecilla domada, El sueño de una noche de verano, Las alegres comadres de Windsor, Mucho ruido y pocas nueces, Noche de Epifania, A buen final no hay mal principio y La tempestad.
 
 
Las obras completas de William Shakespeare (abreviadas) es un hilarante y estimulante espectáculo que recorre, en menos de 120 minutos la producción integra del autor. Con 104 cambios de vestuario el breve, pero muy consistente elenco conformado por Arath de la Torre, Rodrigo Murray, y Osvaldo Benavides, se encarga de dar vida a todos los personajes Shakespeareanos; reyes, princesas, brujas, anfibios, perros, bastardos, boticarios, negros celosos, putas, carceleros, asesinos, locos, mas reyes, esposas traidoras, mas putas y muchos mas personajes es lo que representa un tour de forcé para los histriones y un gran agasajo para los espectadores.
El montaje actual ha sido adaptado para aproximarse más a la realidad de este momento en nuestro país, poniendo énfasis en la población joven, para quien, en la mayoría de los casis, Shakespeare no representa más que una referencia bibliográfica, alguna vez visitada en wikipedia. La obra consigue, con creces, acercar al espectador al legado de uno de los autores mas importantes del mundo, aunque, si surge la duda de si al ver un montaje de una de su sobras, con todad las de la ley, pueda resultarle a este neo publico tan divertida y atractiva como este experimento, y, para muestra un botón, el no tan afortunado (en términos de asistencia) montaje de La tempestad, representado en el mismo teatro Lopez Tarso donde ahora se presentan las obras completas.

Osvaldo Benavides, se responsabiliza de casi la totalidad del mundo femenino. Con pocos recursos pero mucho ingenio, la compañía dirigida  por Antonio Castro lleva al regocijado público de las más sanguinolentas obras como Tito Andronico al estilo de un hilarante programa de cocina; a atestiguar los trágicos amores de Romeo y Julieta; o una rica ensalada de todas las comedias, muy bien aderezada con humor y buen ritmo; para, casi al final de la representación participar de un moderno Talk show, conducido, claro está, por alguna muy bien vestida latina,  en donde vemos el terrible y triste caso de El Rey Lear y sus desalmadas hijas; o bien la tragedia náhuatl, con toque de leyenda prehispánica de Macbetl, para concluir con Hamlet, toda vez que el público, con su voto decida qué candidato lo interpretará: Arath, del partido de izquierdas Movimiento de Regeneración Shakespeareana, con todo y plantón durante todo el intermedio; Rodrigo, del ultraderechista Alianza por el Bardo, o el ultra centro Coalición Compromiso por Hamlet, con el copetón Osvaldo representándolo.
Tres actores en un escenario (creación de la talentosa Mónica Raya, al igual que el numeroso vestuario) ambientado como el típico  anfiteatro isabelino, interpretan en menos de dos horas  la sobras completas de William Shakespeare, por supuesto, abreviadas, en un experimento escénico que se propone establecer un diálogo entre los dramas del bardo inglés y la realidad contemporánea de México en un recorrido vertiginoso que pretende dinamitar la percepción académica especializada, elitista e inaccesible que rodea Shakespeare para demostrar que el sentido de su obra se encuentra en la vida, en el mundo que vemos cotidianamente. Esta puesta en escena no se centra en valores poéticos (no pocos), sino en los personajes.

Luego de demostrar que es un poderos imán televisivo, que bueno que el muy talentoso Arath de la Torre distraiga su interés al teatro, para demostrar que es su medio natural, particularmente en comedia. Tres esplendidos actores, dan vida ¡a mas de una centena de personajes, Rodrigo Murray haciendo los personajes que le antecedió Jesús Ochoa y el joven Benavides, autentica sorpresa, repite en su rol de la vez pasada. Flavio González Mello y Antonio Castro repiten como adaptador y director respectivamente, al igual que Mónica Raya como diseñadora de escenografía y vestuario y es justo reconocer la extraordinaria labor de Ruby Tagle, responsable de coreografiar y adiestrar físicamente a los actores, que hacen un verdadero alarde de actividad.
Corregidas y aumentadas, sintetizadas, al derecho y en reversa, divertidas, didácticas, releídas, actualizadas, desacralizadas, lúdicas, insolentes, criticas y muy irreverentes las abreviadas obras completas de Shakespeare son garantía de mucha diversión y son, parodiando a su autor, mucho ruido y muchas nueces.
Para concluir, este eficaz experimento se suma a una larga lista en torno a la obra de Shakespeare, cuya presencia es constante en nuestra cartelera, baste recordar, que, a vuelo de pájaro y durante esta década de separa la primera puesta de este remontaje. Macbeth, dirigida por Jesusa Rodríguez para la Compañía Nacional de Teatro, misma instancia que monto Otelo, dirigida por el maestro José Sole, misma obra que, años más tarde dirigió Claudia Ríos para la UNAM. Mas recientemente cuatro montajes en torno a Macbeth, un unipersonal dirigido por Alberto Lomnitz con Ricardo Esquerra; el de Marta Luna en El Circulo Teatral con cuatro actores; ¿Quién es Macbeth? de Medardo Treviño y el impactante experimento La tragedia de Macbeth emprendido por Laura Almela y Daniel Giménez Cacho. Quitate tu pa ponerme yo fue una muy afortunada lectura del propio Macbeth, emprendido por el proyecto teatro en vecindades, en las que el usurpador rey lo era, nada mas y nada menos que de los fayuqueros. La Tempestad de Salvador Garcini y Temporal, intervención a la misma obra deFlavio González Mello y hace un par de años que Gerardo Trejoluna y Clarisa Malheiros encabezaron el reparto de otra Tempestad en una interesante relectura. El caso Romeo y Julieta a partir de los amantes de Verona, de Sandra Félix. Enrique IV, que representó a nuestro país en Globe to Globe en Londres hace unos meses, montaje de Hugo Arrevillaga para la Compañía Nacional de Teatro. La poco afortunada Oscuro, a partir de Otelo, cuyo espectacular montaje de Marco Vieyra sepultó al endeble texto de Edgar Chías. Por su parte el Foro Shakespeare prepara una trilogía de Ricardo III, uno en los penales, una visión juvenil de la tragedia a cargo del talentoso David Gaitán y uno más del cual no tenemos mayor información. Los iconos del teatro en México Ludwik Margules y Juan José Gurrola no sucumbieron al bardo inglés, y en la recta final de sus respectivas carreras montaron: Noche de reyes a partir de Como gusteis, obra que también se monto hace unos años en el Granero y Hamlet para la UNAM, respectivamente y algunos años antes, Julissa fue La fierecilla domada y Alicia Palacios El mercador de Venecia, para el Teatro de la Nación del IMSSS. Este es solo un recuento, con muchas omisión, involuntarias, de Shakespeare en territorio nacional en fechas recientes.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable.
Las obras completas de Shakespeare. De Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield.
Adaptación: Flavio González Mello
Dirección: Antonio Castro
Actuación: Arath de la Torre, Rodrigo Murray y Osvaldo Benavides.
Teatro López Tarso, Avenida Revolución s/n esquina con Francisco I. San Ángel
Viernes 19 y 21:15 horas Sábados 18 y 20:30 horas Domingo 17:30 y 19:45 horas.
Breve temporada
Admisión: desde 160 a450 pesos

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