Le
gustaría no haber escrito ciertas obras.
Texto y fotos: Salvador Perches
Galván.
Nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua, el
10 de noviembre de 1957 Edeberto “Pilo” Galindo, es, autor de cerca de cuarenta
obras, fundador del Taller de Teatro 1939 y ganador del Premio Nacional de
Dramaturgia 2005.
El escritor recibió mención honorifica
en el 2001 en un concurso de teatro por su obra Amores que matan. Previo a este reconocimiento, pasó por un trabajo
constante. Poco antes de 1988, año en el que monta su primera obra, conoce al
director teatral Octavio Trías y las obras de Vicente Leñero, ambos marcaron el
rumbo del autor.
El dramaturgo afirma que no puede
escribir una obra rosa o cursi, cuando a dos calles de su casa están
acribillando a un chavalito… la disyuntiva del autor es: escribir lo que
quieres escribir o escribir lo que quieres escribir.
El contexto fronterizo que lo rodea es
lo suficientemente complejo para impulsar la escritura, con lo escrito no se
resuelven las contradicciones de esta cotidianeidad, pero si se enuncian.
Galindo destaca como el dramaturgo más
prolífico de Ciudad Juárez, y como “el bárbaro teatral que impacta por su
metáfora”, según definió Víctor Hugo Rascón Banda al autor que fue el primero
en llevar a escena el tema de los feminicidios, y que afirma que la dramaturgia
de la franja fronteriza está cumpliendo con el papel de registrar en la memoria
colectiva aquello que duele a la sociedad.
“La poesía no transforma la realidad, tan solo
provoca tomar conciencia de esta”, afirma Saúl Ibargoyen, este compromiso
social seguido por Galindo, exige que el escritor se obligue a elaborar
propuestas estéticas de gran calidad. Ofreciendo un trabajo que invite al
espectador a permanecer en la butaca y que al final, se disconforme o no con la
propuesta estética, pero que se retire habiendo entendido lo que se quiso
comunicar.
El teatro de ningún modo resuelve
nada, de ningún modo alivia nada, ni es su pretensión, sólo registra para el
mundo, una causa; establece un compromiso con el espacio y el tiempo que nos
toco vivir.
El dramaturgo y director por primera
vez se preguntó: “¿qué estoy haciendo aquí?”, al salir un día de su casa,
cuando vio la cabeza de su vecino pegada en un árbol, con su credencial de
elector en la frente. El tiempo le ha dado la respuesta: “Es muy duro todo
esto, pero me quedaré en Ciudad Juárez y pelearé por ella desde mi trinchera,
no estoy dispuesto a huir”.
La trinchera de Galindo es el teatro.
Desde los años ochenta fundó en Ciudad Juárez la compañía Taller de Teatro
1939, desde entonces ha formado parte de la pujante dramaturgia del norte. Sus
obras se han caracterizado por su compromiso social, entre las más destacadas
se encuentra Lomas de Poleo en la que
abordó la indiferencia de una sociedad ante un acontecimiento tan terrible como
los feminicidios, convirtiéndose en la primera obra en abordar el tema.
La realidad que vive Ciudad Juárez ha
sido uno de los temas más importantes dentro de su dramaturgia. Sin embargo la
realidad, lo ha avasallado, por lo que hace un llamado a los literatos a no
escribir más sobre la violencia y el narcotráfico, tiene muy claro que todo lo
que ocurre desde que empezó la lucha contra el narcotráfico se tiene que
consignar, debe quedar en la memoria del país para que no se nos olvide jamás y
no caigamos en el error de repetir nuestra tragedia; pero cuando no se quiere o
no se sabe escribir sobre nada más, se cae en un grave error. Estamos en una
guerra de unos que quieren vender droga en todas partes y está causando la
muerte de mucha gente, ¿todos los escritores vamos a dedicarles nuestra
literatura?, ¿nuestro arte?, ¿estamos trabajando por ellos y para ellos?”,
cuestiona.
Galindo afirma que la dramaturgia en
el norte ha sido muy vigorosa, a veces hasta irreverente y eso ha marcado una
pauta para muchas personas en este país. El dramaturgo en la frontera tiene un
rasgo fundamental; escribe sobre las cosas que le atañen directamente, sobre el
suceso diario va escribiendo sus propios renglones, sus propias líneas, sacando
de la realidad sus personajes. Muchas veces arrancan los personajes y los llevan
al teatro; “en mi caso he trabajado con niños del Tribunal para Menores, me ha
tocado trabajar con gente que anda en la calle, malandros que se han quedado en
el teatro”.
Probablemente esa parte es una
característica muy importante en la dramaturgia del noreste de México, al no
tener una visión tan particular como la tiene el Distrito Federal, una visión
panorámica del espectro mundial del teatro. Los teatreros del norte se enfocan
mucho a esta parte regional que luego encuentra coincidencias fabulosas con
Praga o Murcia, donde montaron una obra de Galindo.
Empezaron a escribir lo que sucedía en
los márgenes del río Bravo y de pronto se dimos cuenta que esto estaba
trascendiendo más allá de ellos mismos, más allá de los márgenes del río Bravo
y, lo decía el maestro Rascón Banda: ‘escribe tu aldea y serás universal’; eso
sucedió sin que fuera el propósito. Esa característica singular del noreste
mexicano comienza a coincidir con otras latitudes y hace más sobresaliente el
trabajo de la dramaturgia del norte de México.
Las
obras que Pilo Galindo ha llevado a escena corresponden a situaciones sociales
de Ciudad Juárez: El Zurdo, Dios en disputa, El señor Peña, Puente Negro y
Lomas de Poleo, entre otras. Se considera a Galindo como el dramaturgo más importante de
Ciudad Juárez por ser su obra la más extensa, así como por las marcas de estilo
que le da unidad a su escritura, como, las referencias locales reflejadas en su
teatro, el planteamiento realista y el lenguaje.
De
sus obras se desprende un cuestionamiento del autor “por lo que hacemos o lo
que dejamos de hacer, por lo que nos rodea, la indiferencia de la gente
respecto a lo que debe hacer y no hace, y lo que no debe hacer y hace”. Galindo
muestra una preocupación constante por los problemas del ser humano de esta
ciudad, se plantea lo que debe escribir. Dice que le gustaría no haber escrito
ciertas obras, en el sentido de desear que no hubieran sucedido tales hechos
para no tener que hablar de ellos.
Una
historia en la que ocurre un secuestro es El diputado (2004). El diputado se
transformo en El candidato,
texto, en el que su autor hace una dura crítica a la realidad política
nacional, donde la corrupción y el abuso marcan la triste realidad cotidiana.
Chuky, (el muy
comprometido Marco Polo Almaraz), agobiado por su situación económica, decide
secuestrar a un ostentoso cliente que frecuenta el bar donde trabaja sin
imaginar las consecuencias que ello implica. El susodicho es un diputado
federal (Salvador Álvarez)
Con maestría el autor
enfoca su trama a través del pinto de vista del “malo”, es decir, del
secuestrador, personaje con el que la gran mayoría de los mexicanos se puede
identificar, no así con el plagiado, un burócrata irresponsable y arrogante
acaudalado gracias a los exorbitantes sueldos y prestaciones por ocupar una
curul. Extremadamente ingenuo, más de lo creíble, el Chuky pretende una
cantidad irrisoria, por lo baja, cuando todo se sale de control y él toma
conciencia de su patético acto.
El candidato es una puesta en
escena cruda, nada complaciente, directa, que arremete igual a izquierdas y
derechas, crítica de la miseria en que vive la gran mayoría de los mexicanos. El candidato, obra ganadora del Premio
Nacional de Dramaturgia de Nuevo León, muestra las entrañas del poder, las
deficiencias y engaños del mismo, la desesperanza de aquellos que viven con el
salario mínimo.
Con gran destreza y
solo ayudado por una mesa y un par de sillas como escenografía Felipe Oliva
logra un montaje en donde la síntesis de recursos y de tiempo hacen brillar al
escaso pero muy eficaz elenco, el espléndido Marco Polo Almaraz, Mariana Brito,
excelente en su Nora y Salvador Álvarez como el secuestrado.
“Es un grito de esperanza ante todo este
secuestro de nuestra nación; yo sí quisiera creer en alguien, pero no veo en
quien, yo quiero que cambien el sistema político del país, que eliminen a
tantos diputados inútiles que están ahí; que fueran funcionarios públicos, que
fueran puestos honorarios que no cobraran”, Felipe Oliva, director de la obra.
Como ha pasado en la literatura, el
teatro ha sido influido por temas inspirados en la violencia que se vive en el
país. La dramaturgia negra ha tomado la escena
Recientemente
han desfilado por la cartelera de la capital del país, una serie de obra cuyos
temas versan sobre la violencia provocada por el crimen organizado y los
resultados de la lucha contra el, obras como:
Hamlet. O el Jardín
de las Suspicacias, adaptada del clásico de Shakespeare por Carlos
Valencia, en donde el rey asesinado es el líder de un cartel, el director de la
obra es Ignacio Escárcega.
Alfonso
Cárcamo monto el texto de Hugo Salcedo, Música
de balas. 13 viñetas sobre los resultados de la guerra contra el narco.
El
dramaturgo Jaime Chabaud, el actor Esteban Castellanos y el director Jesús
Jiménez llevaron a escena El Kame Hame Ha,
un hibrido entre el excelente libro de Humberto Padget Los muchachos perdidos, el también excelente Los morros del narco de Javier Valdez, aderezado con el caso del
niño sicario El Ponchis.
Por
su parte Verónica Olmedo, escribió, el dolor de una madre, desde el punto de
vista de los ciudadanos en Aves y
cenizas, a partir de la absolución de
Sergio Barraza, asesino de la hija de la activista Marisela Escobedo,
asesinada después,
Hugo
Alfredo Hinojosa en la obra Misericordia,
narra hechos brutales a partir de las víctimas en las Caravana por la Paz, dirigida
por Daniel Giménez Cacho. En Iluminaciones III, un creativo, impactante y muy doloroso montaje, creado por
Alfonso Barrera, que nos sacude desde la médula de la indiferencia que la
cotidianidad de estas terribles noticias nos tiene en un profundo letargo
en donde las personas, las víctimas simplemente son estadísticas.
En otra temática, Curva peligrosa, del propio Galindo
comparte el teatro Coyoacán con El
diputado, texto que con muy buena fortuna ha sido montado simultáneamente
por tres distintas compañías.
Así,
los teatreros coinciden, no haciendo una apología del horror, sino una
provocación y una lucha en contra del tema que los origina.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Recomendable.
El candidato. De: Edeberto
“Pilo” Galindo.
Actuación: Marco
Polo Almaraz, Salvador Álvarez y Mariana Brito
Teatro Coyoacán Héroes del 47 No, 122 Colonia San Mateo, a
una calle de División del Norte. (Metro General Anaya.
Lunes 20:30 hrs. Hasta el 13 de mayo
Boletos
$150.00
(estudiantes $100.00)
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