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Nos Vemos, Papá.


Vivir la muerte a partir de negarla.
Salvador Perches Galván

Al perder lo más importante de su vida, el tiempo se detiene para Pilar. El presente se mezcla con el pasado sumergiéndola en su propio mundo. Nos vemos, papá es un drama centrado en la encrucijada de estar vivo sin la presencia de la persona que le da sentido a la propia existencia.

Pilar vive sola con su padre. Un día al regresar del trabajo lo encuentra muerto. A partir de ese momento su realidad y los recuerdos se mezclan de manera estremecedora. La vida cotidiana continúa y ella convive alarmantemente con el fantasma de su padre, rechazando a su familia y los desesperados esfuerzos por volverla a la normalidad. Enajenada por el dolor, su vida se debatirá en la encrucijada entre la realidad y el deseo.

Platicamos en exclusiva para México Legendario con directora y algunos de los protagonistas con respecto a esta impactante película de estreno en nuestro país, aquí la entrevista:

Salvador Perches Galván. Lucia Carreras, además de realizadora eres la creadora del argumento, ¿cómo surge este proyecto?

Lucia Carreras. El guión surge de una necesidad de hablar respecto al dolor que causa la muerte, yo tengo un cuestionamiento personal de cómo vivir eso y de la expiación personal de cómo se vive. Dije: esta interesante explorar la idea de vivir la muerte a partir de negarla y recrear a esa persona que muere.


S. P. G. Tú película me parece muy bergmaniana, por toda la contención, el drama psicológico, fusionado con Electra, siendo la muerte la que detona la de pérdida de la razón.

L. C. Bueno, lo que detona la situación del personaje, es: El personaje pierde a su madre justo en el momento en que las niñas están en esa edad donde están enamoradas del padre, se juntan la perdida de la madre y ver a un padre completamente deprimido, lejano, que no la toma en cuenta. Pilar toma la decisión de sustituir a la madre, y es en ese momento que se le detona este complejo de Electra que permanece, pero no a flor de piel, permanece adentro, entonces durante años ella decide quedarse con el padre sustituyendo a la madre, sin que realmente haya un incesto, sin que haya nada y ante la muerte del padre se detona todo eso que está contenido durante mucho tiempo.


S. P. G. ¿Cómo logras este tono tan contenido, que es tan homogéneo en tus actores y que es todo un logro?

L. C. Gracias, primero que nada gracias. Tenía muy claro el tono, yo sabía que esta historia se tenía que contar así, es una historia con pocos diálogos y el problema es que, por el tipo de historia, si le subíamos el tono podía volverse muy melodramática y yo soy muy fan de Bergman, entonces si era trabajar…
…no estaba tan errado…
… no, no, no, era trabajar una cosa que esté en los ojos, que esté en sutilezas y no en explosiones. Lo trabaje dándole muchos ejemplos a los actores, así de: más abajo y más abajo y no hay que moverse, no quiero ver lágrimas. Sufrieron, sufrieron algunos de ellos, otros no tanto pero si sufrieron, ese tono creo que funciona muy bien para la historia.


S. P. G. Fuiste una tirana con tus actores
.
L. C. No, fui una buena directora. Pregúntales, fue en buena onda.
Gabriela de la Garza. Me sentí muy agusto, fue una forma de crear completamente diferente, muy íntima, muy cercana con mis compañeros actores, con la directora. Lucía siempre tuvo muy claro hacia donde quería llevar la película y los personajes y eso fue muy tranquilizador también como actriz, porque entonces uno propone y sabes que tienes la confianza con la directora que va a modelar lo que tú estás haciendo y a sacar el mejor provecho. El tono de la película es muy contenido, pareciera chiquito pero tienes que proyectar con otras herramientas, no con la palabra tal cual y fue un trabajo muy interesante.

Moisés Arizmendi. Yo creo que es un gran acierto y fue totalmente labor de Lucía el que los personajes no se desborden en ningún momento, que la patología no esté desbordada en Ceci, que el resto de los personajes no comprendamos del todo que le está pasando, hasta que hay una pequeña comprensión en cada uno de nosotros. Y donde ponía la cámara, como te lo pedía, sabías que iba a ir a planos muy cerraditos y que lo que necesitaba de ti era esto, un drama psicológico en donde no hay manera de hacer como que, ni de representar que, simplemente hay que estar en la situación, reaccionar con el otro. Yo creo que es lo más parecido a la vida, como que te das cuenta y no te atreves sino a emitir algunas palabras.


S. P. G. Mi percepción es que los personajes femeninos son mucho más sólidos, el novio está como que no se quiere dar cuenta, el hermano se niega a ver la realidad, a diferencia de la cuñada, que lo detecta inmediatamente y lo manifiesta. Las miradas de Gabriela son impresionantes, con su sola mirada dice “esta vieja está loca, que la encierren”. ¿Es ex profeso, o es cuestión de género que tus personajes femeninos están construidos más a fondo?. 

L. C. No era la idea que fueran más sólidos, a lo mejor se dio, Pilar es la protagonista, en ese sentido es la que mas agarra en la película, pues siendo la protagonista es la que te tiene que llevar. El que de repente sea Gabriela la que es capaz de ver esa locura, es por una cuestión: la maternidad, no es porque sea más inteligente, mas perceptiva o más sólida como personaje y, el personaje, por ejemplo de Moisés Arizmendi, la idea era precisamente esa, que sea feliz, que se deja llevar, Pilar lo manipula, y que al final dijera “ya no”, “ya no más” y José, el hermano, es un personaje que a mí, lo que me gustaba es que estuviera en la negación permanente, en la negación de la negación, de no ver la locura, de no ver nada, de decir “hay que vender la casa” pero no tiene claro ni por qué, tiene una relación ambigua con la casa y al final es el que dice pues “está bien, vive eso” y a la vez se lava las manos.



G. de la G. No creo que sea una situación de género, creo que ella obviamente está proyectando experiencias basadas en su vida personal y probablemente por ahí es que tengan un poquito más de, no sé si solidez sea la palabra correcta, pero evidentemente si tienen más peso los personajes femeninos por una mera proyección personal.

M. A. En el caso de mi personaje, este novio ve algo en ella, pero al principio lo que ve se confunde con desamor, nunca me ha amado y siempre ha visto algo patológico con su padre, pero bueno, “ya se murió el señor, es mi turno, me toca a mí, que Dios lo guarde en su santa gloria”, ¡ha, no, no!; Y claro, la cuñada, de mujer a mujer rápidamente lo ve, rápidamente detecta la patología; El hermano yo creo que también lógicamente medio se defiende por ahí, hay una especie de negación ante una problemática tan grave. A mí me toca ser el hermano de Lu, en El sueño de Lu y justamente como hermano, hay un bloqueo frente al dolor. 

Entonces habrá que ver si es raro o no, lo que me parece que es un logro de Lucía es que los personajes están calmaditos y las cosas suceden.

S. P. G. En este acercamiento al impenetrable mundo psicológico, Gabriela, tu personaje, inmediatamente detecta que Pilar, su cuñada, no está bien.

G. de la G. Ella sabe que las cosas se pueden poner feas y lo que más quiere es proteger a su familia, es por lo que está más asustada. Su hija está mimetizándose con la tía “loca”, Pilar la influencia y puede ser un ejemplo para ella y esa es la preocupación de Gabriela. 

Desde el primer momento se da cuenta, le da miedo vivir con ella, por ella misma y por su familia, son niños chiquitos los que viven en esa casa y obviamente no quiere que se asusten o que se vean en una situación incómoda o perjudicial para ellos. Sin embargo es una mujer que no tiene opinión en casa, está sujeta a lo que el marido dice y hace y se ve en este conflicto de querer y tener que defender a su familia pero ella solo es la cuñada.

S. P. G. Háblame de tu elenco.

L. C. Una de las cosas que yo tengo muy clara en cuanto al por qué decides trabajar con un actor, tiene que ver con la química, el diálogo, más allá de las capacidades, de repente estas buscando cierto físico. La química que logramos… son actores que escuchan, actores que te ven a los ojos cuando trabajas, que para mí es fundamental, a mi en un casting, si el actor no me mira a los ojos, me parece que no me está entendiendo y ya perdió conmigo. Eso era una, las capacidades que tienen todos, hasta donde se dejan llevar, todos se entregaron, dijeron “va, confiamos en ti”, y venga, con el miedo, con lo difícil que puede ser aceptar trabajar en ese tono y no saber que está haciendo la directora, que siempre es el caso de los actores. Yo me sentí muy agusto, es maravilloso mi cast y trabajaron al nivel, al parejo se entregaron, y me encantaría volver a trabajar con todos, y aclaro que no voy a hacer la secuela.



S. P. G. Gabriela, ¿cómo te sientes interpretando a Gabriela?

G. de la G.. Me siento muy bien porque es un lado como actriz que no me han visto, es muy diferente a lo que he hecho a lo largo de mi carrera y es justamente lo que busco siempre, hacer un personaje distinto al anterior, que pueda yo explorar otras cosas, sumergirme en personalidades muy diferentes para tener una rica gama interpretativa.

S. P. G. En efecto, siempre eres diferente, por ejemplo en cine, de cuñada perceptiva ante el riesgo que corre su hija, a rumbera musa de Juan Orol.

G. de la G. Exacto, ese es el chiste, eso es lo que he tratado de hacer para no encasillar mi trabajo y no acostumbrar al público a que me vea de determinada forma.

S. P. G. ¿Qué te ha dejado Nos vemos papa?

G. de la G. Con esta película me estrene en festivales, en el de Morelia del 2011. A lo largo de mi carrera, que ya son más de 12 años, fue la primera vez que voy a un festival con una película y creo que valió mucho la espera, además me abrió las puertas a ellos, en el 2012 fui a Guadalajara con El fantástico mundo de Juan Orol, que se estreno con fortuna el año pasado. Creo que el haberme esperado a encontrar el proyecto correcto valió la pena. 

Me gusta trabajar siempre en proyectos que me van a dejar algo y al público también y un aprendizaje y un crecimiento, entonces no se trata de hacer por hacer las cosas.



S. P. G. ¿Cómo te sientes en Nos vemos, papá?

M. A. Nos vemos, papá me parece que es una muy buena película que explora temas, el complejo de Electra específicamente, explorando como es el amor de una hija por su padre. Mi papel es, soy el novio enamorado de esta mujer que hace cosas raras, que siento que no me quiere, que no sabe qué cosas raras siente por su padre, uno más o menos lo ve, hasta donde eso deja de ser sano, en donde este primer amor natural del primer hombre que ve una mujer, como el complejo de Edipo en el caso masculino, en qué momento este amor que sientes por esta mujer que es tu progenitora ya no es sano. Eso es lo que se aborda en esta película y me parece que la gente de Machete ha sido muy seria en sus proyectos, Año bisiesto y esta, su segunda película.

S. P. G. En Año bisiesto, se sumergen en las profundidades del sadomasoquismo.

M. A. Exacto, y también es bien padre, yo creo que eso es lo padre, que empieza a haber un abanico de cintas mexicanas de todos los géneros, por ejemplo, si contrasto Después de Lucía con 180 grados, con Nos vemos, papá, empieza a haber un gran abanico de cine para los diferentes tipos de audiencia es importante que la gente se acerque al cine mexicano y lo vea.

S. P. G. Y es muy importante el tratamiento, que no se quede en la mera superficialidad. En la película Cecilia nos conduce del duelo a la locura en forma espléndida.

M. A. Ceci es una estupenda actriz, una estupenda compañera y justamente, aborda algo del ser humano que es esa oscuridad, esas patologías que están muy escondidas y afloran, y cómo cuando tenemos un problema grave sabemos cómo resolverlo los seres humanos, pero de pronto no sabemos cómo afrontarlo y eso es lo interesante de esta película, desde el guión abordado de una manera compleja, no complacientemente.



S. P. G. Al final José le dice “así quieres vivir, ahí está tu casa y ahí están tus llaves. Vive como quieras”

M. A. Digamos, si ella no pone un piecito de contacto a la realidad, que quién sabe cómo lo va a poner… lo importante es eso, ver como se bordea, como vas en el borde de un tema que es escabroso y que de pronto mh…

S. P. G. La película no es nada complaciente y es posible que tuviera un final nada feliz con ella en el manicomio.

M. A. Si, yo creo que si, si podría ser, también hubiera podido ser un final feliz, pero es interesante que Lucía la deja ir a su suerte y eso los espectadores deciden si está a dos pasos del Fray Bernardino, o a ver si no se nos acaba suicidando, o ¿cuánto tiempo vivirá así? o ¿podrá hacerlo así mientras establece contacto con la realidad de otra manera?. Si a Pilar solamente se le aflojó un tornillo, teóricamente lo que tendría que pasar es que el entorno de vivos que tiene a su alrededor reaccionan a ella, pum, algo se le mueve y regresa, aunque una parte de su corazón o de su esquizofrenia quedarán. 


Todos tenemos, mas los actores, ciertos momentos esquizofrénicos o puntitos esquizofrénicos, el asunto es qué cosas nos regresan, siempre nos pasa a los actores, acabando una obra de teatro o acabando una película, se nos queda el personaje. Llegas a hacer una audición para el siguiente personaje y te preguntan: “pero por qué estás haciendo ese tono?, ¿qué tono?” Y ahí te das cuenta que así hablaba el personaje tal, llevo 180 funciones haciéndolo o vengo arrastrándolo luego de tres meses filmándolo, nosotros tenemos un entrenamiento, pero todos los seres humanos tenemos un cierto nivel de esquizofrenia. 


S. P. G. Al final, ustedes son recipientarios de una serie de personajes que los habitan.
M. A. Si, y eso es bien bonito. Los personajes son situaciones y los actores tenemos la fortuna de poder jugar, así es que bienvenido el juego.

Por ejemplo, cuando hacíamos Lascurain, o la brevedad del poder, vino el fotógrafo de todos los presidentes de México a darnos una clase de como se fotografía a los primeros mandatarios, y Carlos Cobos, que en paz descanse, yo lo veía viéndolo, viendo todo lo que había en él, todos los gestos y eso, porque era una manera de apropiarse de muchos secretos que tiene esa persona, entonces si, como actor tienes que buscar de donde asirte. Ceci es una impresionante actriz, yo creo que su trabajo en televisión con Locas de amor, en cine con Ernesto Contreras en Párpados azules, son personajes que se podrían parecer, pero ella es una actriz tan precisa que pone el acento necesario en cada uno de ellos.

S. P. G. El final es rudísimo, parece que la están abandonando suerte.

L. C. Pues sí, pero es un final ambiguo. En ese sentido, creo que como espectador te deja decidir si es correcto o no. Creo que una de las cosas que tiene la película es que, desde mi punto de vista, te plantea: “¿yo que haría en esa situación?, ¿negaría la situación?, ¿actuaria como Gabriela?, ¿actuaría como José?. Algunas madres que la han visto opinan que es totalmente lógico lo que le pasa a Gabriela, yo no quisiera eso cerca. Pero hay personas que dicen que coinciden más con Pilar. Es una película muy polémica en ese sentido y eso me gusta, puedes enojarte con los personajes, eso está padre y eso se vale y eso es lo rico de una película.

S. P. G. Con esta ambigüedad, ¿le pasas la estafeta al público para que él decida?

L. C. Pues le paso la estafeta al público para no poner yo la etiqueta, siempre fui hacia ese final no había otra opción para mi, el final iba hacia allá y no quisiera contarlo y que el público lo sepa. Creo que el público tiene derecho a salir de una película tomando una decisión: esto sí, esto no, y creo que finalmente se trata de eso, como público te deja esa opción, no es un final categórico.



S. P. G. Me parece muy coherente porque no es complaciente, como no lo es la narración en toda la película.

L. C. Yo no quería hacer una película complaciente, yo creo que no hay que subestimar al espectador, el espectador es una persona que tiene derecho a ver una película e hilvanarla, que no esté llena de información, que no sea explicativa y eso incluye el final. Como espectador te digo, esta es la parte que te estoy diciendo de la historia, lo demás tu ármalo, yo creo que las grandes películas son las que logran hacer eso, ojalá la mía lo logre.

Nos vemos, papá, opera prima ficción largometraje cuya premier mundial fue en Morelia, en el 2011, con muy buena respuesta de la prensa y del público, se estrena comercialmente el 18 de enero.
Muy bergmaniana, muy contenida, drama psicológico profundo, hurgando en lo más profundo de la compleja psique humana, no se pierda Nos vemos, papá.



Apoyemos al cine mexicano. ¡Asista!

Nos vemos, papá
Guión y Dirección: Lucía Carreras
México 2012
Fotografía: Germán Lammers
Dirección de Arte: Lucía Barba
Edición: Óscar Figueroa Jara
Música Original: Christian Basso
Producción: Machete Producciones, Balero Films, Novilunio Producciones y Detalle Films.
Duración: 89 min.
Festivales de Cine:
Festival Internacional de Cine de Morelia 2011. Selección Oficial Largometraje Mexicano
Karlovy Vary IFF - Selección Oficial en Competencia – Premier Internacional
IFF Film By The Sea - Países Bajos
Haifa IFF – Israel
Ourense IFF – España
Festival de Cine Iberoamericano de Huelva - Selección Oficial en Competencia
IFF Kerala - Selección Oficial en Competencia - India


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